Indulgencia Divina
Ni hacienda somos todos, – de ahí el 30% de economía sumergida que tiene la economía española, con la anuencia de sindicatos y demás pesebreros del erario público -, ni todos somos iguales ante las entidades bancarias, – admiten quitas de hasta el 80% en los grandes agujeros empresariales -, ni los escándalos políticos son tratados de la misma forma y manera por los medios de comunicación y sociedad española.
Ni hacienda somos todos, – de ahí el 30% de economía sumergida que tiene la economía española, con la anuencia de sindicatos y demás pesebreros del erario público -, ni todos somos iguales ante las entidades bancarias, – admiten quitas de hasta el 80% en los grandes agujeros empresariales -, ni los escándalos políticos son tratados de la misma forma y manera por los medios de comunicación y sociedad española.
Estas semanas estamos viendo por un lado, cómo los partidos de la llamada izquierda, se preocupan tanto por la agenda social de este país y por la corrupción, y tenemos dos ejemplos de personajes, que pase lo que pase, siguen inmaculados, a pesar de la gravedad de las acusaciones. Parece que tienen indulgencia divina.
Por un lado, tenemos al Dr. Pedro Sánchez, el hombre rebote, que no salió ni concejal por el Ayuntamiento de Madrid, ni diputado en la X Legislatura (solo lo hizo por la puerta giratoria de Cristina Narbona que tanto critica), que no se sabe de qué es doctor y por qué Universidad, porque es el mejor secreto del reino de España, ni porque a título personal cuenta con crédito muy ventajoso de Bankia. Este hombre, el que cosecha el peor resultado de la historia del PSOE, es el principal bloqueo institucional y político de este país. Con ese currículo y con esa suerte, tiene más vidas que un gato. Eso sí, su sólo argumento es el insulto y las ocurrencias espontáneas, porque no tiene una idea de España.
Por otro lado, tenemos el Podemita Iglesias. El profeta, el hombre que se financia con dinero más que sucio, como las rastas de sus diputados, que sigue inmaculado, frente a todo lo turbio que le rodea. Se llame Tania Sanchez (qué abrazos y cariños públicos), se llame Errejón, se llame Monedero, se llame Carmena o como se llame. No se desnudan en una mezquita, pero sí en una iglesia católica. Todo les está permitido. Da igual que vayan al Congreso de los diputados con su hijo, teniendo a la sirvienta en la puerta esperando, siguen inmaculados ante sus votantes y algunos medios de comunicación. Sobrecogedor.
No quieren que los reyes de España vayan a Arabia Saudita, dado que no respetan los derechos humanos, pero no dicen nada de su financiación más que irregular que reciben de las “democracias” iraní y venezolana. No permiten las comisiones de investigación de los ERES, los tranvías de Parla o las mariscadas de sus afiliados. Todo un ejemplo.
Yo me pregunto, ¿ porqué estos señores tienen indulgencia divina?
