THE OBJECTIVE
Mario Noya

K

El daño que han hecho a la Argentina estos dos personajes es indescriptible pero ha sido descripto, que dirían por allá. En libros esenciales como Lo que el modelo se llevó, Las huellas del rencor, El negocio de los derechos humanos, Esto que pasa, La Cámpora o Libro de emergencia, en los programas extraordinarios del soberbio Jorge Lanata y por supuesto en las columnas de La Nación y las tapas de un Clarín mortificado por Kretina y sus K-¡chorros!

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El daño que han hecho a la Argentina estos dos personajes es indescriptible pero ha sido descripto, que dirían por allá. En libros esenciales como Lo que el modelo se llevó, Las huellas del rencor, El negocio de los derechos humanos, Esto que pasa, La Cámpora o Libro de emergencia, en los programas extraordinarios del soberbio Jorge Lanata y por supuesto en las columnas de La Nación y las tapas de un Clarín mortificado por Kretina y sus K-¡chorros!

Néstor y Cristina, el Dioni de la Pampa y la Lunática, gobernaron con incompetencia y arrogancia, devastaron unas instituciones que con anterioridad no eran precisamente suizas; patotearon, escracharon a una prensa independiente que sin remedio los dejaba a los pies de los caballos; cebaron odios y resentimientos a base de aventar una memoria histórica infecta que cantaba las glorias del ominoso terrorismo ultraizquierdista de los años 60 y 70, posteriormente exterminado por aquellas yuntas militares psicopáticas. Alinearon su democracia degenerada con la república bananera del Gorila Rojo, ese Hugo Chávez Frías que como lo que era les mandaba con un propio maletines llenos de plata. Si Néstor no, fue Cristina la que se puso de rodillas ante los ayatolás asesinos acusados de ordenar los dos peores ataques terroristas de la historia argentina. (¡Nisman! ¿¡Qué pasó con Nisman, Kretina?!). Y robaron. Robaron a modo y a manos llenas. Al punto de que Kafka, al de la viuda demenciada que pasará a la Historia como uno de los peores gobernantes de la República Austral desde luego no lo llamaría El Proceso sino, más bien, El Afano. ¿Cómo El Afano? ¿Seiscientos sesenta millones de dólares embargados? Seamos serios: El Expolio.

La Kretinada pergeñó un lema, “Vamos por todo”, que ahora la Fiscalía debería usar como prueba de cargo de que en el despojo hubo premeditación y alevosía. “Vamos todos por todo”, deberían juramentarse en Tribunales, “aunque no quede ni uno solo”… en libertad y sin devolver la pastizara.

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