THE OBJECTIVE
Aloma Rodríguez

La invención del cine

«Lo que los Lumière inventaron y lo que echamos de menos ahora no son solo las películas, sino esa especie de rito laico e individual que, en cambio, funciona en conjunto, o funciona también en conjunto»

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La invención del cine

Blasco Giurato | Rai 3

El próximo 28 de diciembre se cumplirán 125 años de la primera proyección pública del cinematógrafo de los Lumière. Según escribe el cineasta Javier Rebollo en un completo artículo en Caimán, ese 28 de diciembre «fue un sábado muy frío en el helado invierno de 1895; la luna, casi llena». En realidad, sostiene Rebollo, el cine ya existía «conceptual o poéticamente en la caverna aquella de Platón, en la columna de Trajano, en las cuevas de Altamira […] científicamente desde Leonardo […] como lenguaje desde el siglo XVII[…] Incluso ya existía el cine antes de ese 28 de diciembre como espectáculo público». Sin embargo, el cine como lo conocemos ahora, o como lo conocíamos hasta antes de la pandemia, es el cine que inventaron los Lumière. «Con su pericia técnica y científica, su amor por lo gregario y popular, su olfato para los negocios y, sobre todo, su estilo y el de sus operadores, hemos dado en decidir que ‘inventaron’ el cine», dice Rebollo. Para el cineasta, el éxito del cinematógrafo de los Lumière está en que «era una máquina ‘reversible’ que contenía tres en una sola: uno, obtenía imágenes negativas; dos, orientada al sol era un pequeño laboratorio que obtenía positivos; y tres y lo mejor, permitía la proyección ‘pública’».

En su reciente ensayo Contra la cinefilia. Historia de un romance exagerado (Clave intelectual), Vicente Monroy, cinéfilo confeso, sostiene que lo que inventaron en realidad los Lumière es el espectador, y supongo que en parte es cierto. El ensayo es un recorrido por un modo de entender la cinefilia y una petición a abandonar lo autorreferencial: que el cine mire menos al cine y mire más al mundo, como hacían los Lumière.

Lo que los Lumière inventaron y lo que echamos de menos ahora no son solo las películas, sino esa especie de rito laico e individual que, en cambio, funciona en conjunto, o funciona también en conjunto. Yo echo de menos pasear las películas, que es algo que ya apenas hago. Pero también la luz proyectada desde la pantalla hacia el espectador y las siluetas de los demás recortadas en la oscuridad.

Si los Lumière inventaron el cine hace 125, entonces hace 25 que Fernando Trueba rodó, con una de las cámaras de los hermanos, la salida de la cárcel del escritor Félix Romeo, que en 1995 cumplía condena en la cárcel de Torrero por insumisión. Trueba rodó esa película mínima como parte de las celebraciones del centenario del cine. Se puede ver aquí. Y de pronto, me parece que no hay nada tan emocionante como esa pieza que le debemos, en parte, a los Lumière.

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