La lealtad de los cisnes

Por aquel entonces existían tres sexos: hombre, mujer y andrógino a los cuales Zeus partió en dos por razones que solo un dios entiende. Cada uno de ellos pasa la vida en busca de su otra mitad original. Y este es el auténtico sentido del amor.

En la edad de la prisa y la vida virtual paralela a nadie sorprende ya la soledad de las bibliotecas. Hoy, que la mayoría de nosotros vive en pareja con ese androide todopoderoso y omnipresente- un pequeño dios-, sería raro descubrir a un individuo entrando a una librería a comprar un libro como “El banquete” de Platón en el que se recogen los diálogos de varios personajes acerca del amor, también conocido como Eros. En uno de esos diálogos, Aristófanes cuenta el mito antiguo de las clases de seres dobles de cuatro piernas, cuatro brazos y dos caras que habitaban la tierra. Por aquel entonces existían tres sexos: hombre, mujer y andrógino a los cuales Zeus partió en dos por razones que solo un dios entiende. Cada uno de ellos pasa la vida en busca de su otra mitad original. Y este es el auténtico sentido del amor.

Pero la imagen de la pareja de cisnes a punto de darse un pico (mejor que un beso) inspiradora de estas líneas retrata el icono universal por excelencia del amor. Cualquier observador situado frente a los dos cisnes sabrá interpretar en el contorno de sus cuellos el dibujo de un corazón. Al parecer, esta especie se caracteriza por su fidelidad en la relación amorosa eligiendo a su pareja para toda la vida. 

Paradójicamente, en el pie de foto de la imagen que sigue a la de los cisnes anuncia la ruptura del actor Ben Affleck con su mujer Jennifer Garner. 

Después de todo, el amor de verdad no permanece siempre a pesar de los símbolos y las promesas a no ser, claro está, que uno encuentre a la única mitad con la que encaja y en el amor sienta algo parecido a la lealtad de los cisnes.