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Pilar Cernuda

La locura

«La política hace extraños compañeros de cama y en la catalana se visualizan dos: en una se meten PSC, ERC y En Comú, y en la otra ERC, JxC y CUP»

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La locura

Toni Albir | EFE

El recuento fue de infarto, y el escenario que se abre en Cataluña una locura.

Ha ganado Illa en votos, pero empatado en escaños con ERC y Junts  pegado a los talones, tan pegado que se pisan. Las negociaciones para formar gobierno van a provocar terremotos, con Junqueras, ERC, propietario de la mano que abre las puertas del futuro gobierno. No se sabe si ERC detesta más a JxC que al PSC de Illa, si hay que apostar probablemente acierta el que diga que las relaciones son peores con el partido de Puigdemont, pero la política hace extraños compañeros de cama y en la catalana se visualizan dos: en una se meten PSC, ERC y En Comú, y en la otra ERC, JxC y  CUP. Cualquiera de las dos es mala para España, porque los independentistas irán a por todas, pero hay que respetar el resultado de las urnas puesto que, a pesar de lo que dice Pablo Iglesias, España es una democracia plena. Y en Cataluña los indepes[contexto id=»381726″] han jugado bien sus cartas y han tenido un resultado espectacular. Quedan por delante semanas  de negociaciones a cara de perro y, sea cual sea el resultado, tanto desde el futuro gobierno como presidente, o desde fuera como líder de la oposición, Salvador Illa va a echar de menos la convulsión de sus meses de ministro de Sanidad. Los recordará como un remanso de tranquilidad frente a lo que le espera: nada menos que parar los pies a los independentistas, como socio, o como adversario. Con el agravante de que si es como adversario y ERC llega a un pacto de gobierno con Junts, a ver cómo se las arregla Pedro Sánchez para mantener la estabilidad de su gobierno sin el apoyo de ERC en el Congreso de los Diputados.

Hay más lecturas de las elecciones catalanas. Vox se dispara  después del gran resultado que tuvo en las andaluzas y las generales. Grandísimo e importante resultado. Cuenta con media docena de líderes que trabajan bien, saben cuál es su público,  defienden sin complejos ideas que producen rechazo en los votantes de otros partidos pero entusiasman a los suyos, y además empiezan a atraer a nuevos simpatizantes. Sobre todo del PP. Un PP que presentaba un buen candidato en Cataluña y sin embargo el resultado ha sido desastroso. Pablo Casado es el único responsable, no Alejandro Fernández.

Casado no acierta en la presidencia del partido, no sabe nada de estrategia política ni de estrategia de comunicación, su equipo es mediocre, con contadas excepciones, y encima él ha metido la pata a conciencia en la campaña catalana, desmarcándose de  la posición de Rajoy el 1-0 y diciendo que jamás llegaría a acuerdos con Vox, como si del apoyo de Vox no dependieran todos los gobiernos regionales y municipales del PP, excepto el gallego. Si Casado no toma buena nota de lo ocurrido ahora, será el presidente que acabe con el PP.

En cuanto a Arrimadas, es responsable de cómo va Ciudadanos, pero en su caso cabe decir que el que inició la debacle fue Rivera, que acabó dimitiendo y abandonando la política. Al menos se fue con dignidad, reconoció sus errores.

Y ahora, después del 14-F,  Vox, un partido de la derecha recalcitrante populista, se convierte en el referente de la derecha. Casado tendría que hacérselo mirar. Su presidencia está siendo un fiasco. Con todas las letras.

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