Luego de haber leído la sentencia de la manada seis veces, Luján Artola sigue sin comprender muchas cosas, pero alega que prefiere una justicia imperfecta que la que se toman en sus manos los ajenos.
En esta ‘carta’ urgente, al aire y subjetiva, Luján Artola reflexiona acerca de la sentencia de la manada, de la justicia imperfecta, del disgusto colectivo y del peligro que representan las manadas que vienen.
Pedro Duque es la estrella del equipo ministerial del presidente Sánchez. Ha aterrizado sobre la ciénaga política límpido del juego de odios en que se ha convertido la gestión de lo público, y tiene un perfil entre científico y aventurero que causa admiración. Llega con una estela en twitter que no provoca vergüenza, sino admiración, por sus críticas a las terapias basadas en pseudociencia, como la homeopatía o el reiki, así como al movimiento que rechaza el uso de vacunas para prevenir enfermedades infecciosas.
Lo de La Manada es un no parar. Aún retumban el eco de la sentencia y de los excesos en las críticas y ahora la Audiencia de Navarra decreta, con un voto particular, la prórroga de la prisión eludible bajo fianza de 6.000 euros para los cinco integrantes del grupo salvaje, que fueron condenados a 9 años por abuso sexual con prevalimiento a una joven en los Sanfermines de 2016.
El manifiesto de los profesores universitarios a pesar de decir que aspiran la renovación del pacto constitucional en realidad parece que buscan enterrarlo.
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