THE OBJECTIVE
Nestor Barreira

Las Pintadas de Altamira

«¿Te cuento cómo tuvimos que desalojar a un señor acostado con su amante en la habitación porque su mujer estaba en recepción? Sacarle por otra puerta y hacerle entrar por la principal saludándole como si no le hubiéramos visto la jeta en tres años.»

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Las Pintadas de Altamira

«¿Te cuento cómo tuvimos que desalojar a un señor acostado con su amante en la habitación porque su mujer estaba en recepción? Sacarle por otra puerta y hacerle entrar por la principal saludándole como si no le hubiéramos visto la jeta en tres años.»

La historia de hoy promete. Llamé a media tarde a mi amiga “Mrs. V”, ex directiva de un hotel.

Servidor: “Necesito historias de hotel para The Objective”.

“Mrs. V”: “No querrás tener tantos detalles”.

S: “Por favor”.

M: “¿Te cuento cómo tuvimos que desalojar a un señor acostado con su amante en la habitación porque su mujer estaba en recepción? Sacarle por otra puerta y hacerle entrar por la principal saludándole como si no le hubiéramos visto la jeta en tres años. ¿O te cuento cómo un alto directivo de una multinacional tiene un percance en su habitación y su mujer por teléfono, -con el señor de cuerpo presente-, pregunta con qué puta ha sido? ¿Si con la nacional o con la local? O también te puedo contar cómo P.R. quería una habitación solo para sus zapatos. O cómo A.S. quería que le tapáramos todas las ventanas para no cortar su creatividad con la luz. O cómo los futbolistas corrían por los pasillos desnudos persiguiendo a las de la limpieza. Luego pedían los códigos de acceso de las puertas de personal para salir de juerga sin ser descubiertos… Los toreros son más serios. Las cuadrillas lo peor. De las tripulaciones de aviones podrías preguntarle a la gobernanta. Siempre decía: “¡A mí me van a engañar! Sé con quién ha dormido cada uno”.»

S: “Y robarán mucho…”

M: “A ver, los robos no son un problema. Hay una partida que los cubre. Lo que no cubre son cosas como que alguien quite los condones a modo de colgajos de la lámpara de una habitación o las excentricidades artísticas de los huéspedes”.

Nunca escuché algo parecido a lo que van a leer. Creo que ni en CSI he visto un escenario de un crimen parecido a lo siguiente.

S: “¿Disculpa?».

M: “Lo peor que yo he visto han sido unas pintadas de heces por toda la habitación. Las acabamos llamando “Las Pintadas de Altamira” porque se hicieron todas a dedo, jajajajaja”.

S: “Hay que tener paciencia con los clientes, sí”.

M: “Eso está chupado. Pero la mierda solo se quita con paciencia e hipoclorito”.

S: “Válgame Dios. Te debo un café”.

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