THE OBJECTIVE
Jordi Amat

Laura in the Sky with Diamonds

«Entre árboles de mandarina y cielos de mermelada, Laura Borràs podría demostrar de nuevo su aptitud retórica paseando entre las flores y con su mirada calidoscópica»

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Laura in the Sky with Diamonds

Toni Albir | EFE

La culpa fue de la periodista Isabel García Pagán. En su artículo del lunes se refería al documento que druidas de Junts han elaborado para concretar qué acciones deberían llevarse a cabo durante la próxima legislatura con el objetivo de hacer efectiva la independencia suspendida en algún lugar de un gran país.

Digo que la culpa fue de la cronista García Pagán. No porque ella subrayase el valor del documento en cuestión sino porque daba algunas pistas sobre cómo se había redactado y cuál se pretendía que fuese su difusión electoral. Revelaba, primero, que su escritura no había sido plácida dentro de la formación política liderada por Carles Puigdemont y, después, que la candidata Laura Borràs no lo expondría en los mítines sino que más bien haría lo posible para no publicitarlo. Esas dos pistas -las tensiones internas y una vergüenza ajena más que comprensible- eran caminitos demasiado sugerentes como para aventurarse a transitar por ellos. Y la verdad es que, a pesar de todo, ha valido la pena llegar al final de las cinco páginas del documento orgánico del partido nacionalista. En estos tiempos de rutinaria vida gris, leerlo permite descubrir mundos alternativos, olvidados o desconocidos, que habitan entre nosotros. Es como viajar al más allá teletransportado por un alucinógeno caducado el otoño del 2017 que te permite entrar en contacto con la pura fantasía.

El nuevo viaje lisérgico empezará tras la constitución del nuevo Parlament. Ese día se aprobará una resolución que enlaza con otras del pasado mítico, pero que en este caso propondrá avanzar por la vía de la paranormalidad institucional: el movimiento independentista autoconcebido como pueblo soberano –«la mayoría social del país, auténtico sujeto de cualquier proceso político democrático»- reconocerá como Autoridad Nacional (las mayúsculas son suyas) a un organismo privado cuya sede está en Waterloo -el Consell per la República integrado por representantes de partidos y asociaciones independentistas más un cantautor jubilado- y que, como si tuviese el arca perdida, patrimonializa el mandamiento sagrado del 1 de Octubre y va mostrando su luz por el mundo. El nuevo gobierno que salga de las urnas el 14F, simultáneamente, iniciará los preparativos para el despegue psicodélico en el interior. Si hace falta reventar el ordenamiento que es garantía de convivencia, tú sueña, flipa y dale a la desobediencia institucional.

Este viaje no va a ser en solitario ni solamente deberá levitarse en la Generalitat cañaveral. El plan se coordinará con los gobiernos locales, que en la oscuridad de la noche estrellada están esperando la llegada. Las instituciones diseñarán un plan que los ayuntamientos implementarán y, en este nuevo magma peronista donde lo privado se fusiona con lo público, los agentes sociales tendrán un rol protagonista actuando como «herramientas de país». Durante este proceso la realidad lunática podrá mantenerse, por supuesto, en el plano simbólico. Existirá un compromiso en virtud del cual, si se celebra un acto oficial en Cataluña y representantes del Estado asisten ni que sea por protocolo, los de la Generalitat lo boicotearán. Si no los vemos, como si fueran espectros, es que no están. Ese vacío seguirá desempoderando a las instituciones catalanas porque se trata de destruir la institucionalidad vigente, pero ya puestos -y realmente hay que ir muy puesto- el sabotaje no deberá ser tan solo político. También será económico. Se debe ganar independencia en relación con «los oligopolios españoles» y eso se va a conseguir cortando la relación con las empresas del IBEX, especialmente las que proveen servicios estratégicos -finanzas, energía, comunicaciones.

Entonces se activará el mandamiento que está conservado en el arca, el país se movilizará hasta donde sea necesario y las potencias mundiales reconocerán a la nueva República. Lo veo. Todo está listo. Todo está preparado. Y es una lástima que, después de las discusiones internas que han tenido para redactarlo, este Compromiso no se exponga en cada uno de los mítines que Junts celebre durante esta campaña. Cada día. Cada hora. Porque entre árboles de mandarina y cielos de mermelada, Laura Borràs podría demostrar de nuevo su aptitud retórica paseando entre las flores y con su mirada calidoscópica. Otro mundo es posible, claro que sin la mitad de los suyos. No importa. Llevan años viviendo en un relato decorado con flores de celofán amarillas y verdes. Sonará como una dulce canción antigua, como una melodía interpretada por un organillo. Laura en el cielo con diamantes.

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