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Andrés Medina

Lecciones aprendidas: de qué va esta campaña

El cabreo con los políticos no tiene precedentes y sobrevolará durante estas semanas. Más de la mitad consideran a los dirigentes como uno de los principales problemas de este país.

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Lecciones aprendidas: de qué va esta campaña

Una vez un militar me contó algo que desconocía. En los ejércitos existe la costumbre de extraer aprendizajes de absolutamente todo. Es decir, tratar de entender, analizar y evaluar los errores cometidos, especialmente en los conflictos y así incorporar mejoras. A este ejercicio lo denominan lecciones aprendidas.

Escribía Isidoro Tapia esta semana que “una campaña electoral es un éxito para una formación cuando centra el debate en aquellos temas en los que se siente más fuerte”. Y tiene razón.

Saber en qué temas eres más competitivo y conjugarlo de forma apropiada con el contexto político y el humor del electorado es una de las primeras tareas que toda fuerza política debe hacer antes de salir a pedir el voto.

A parte de la intuición, hay varias formas de averiguar cuáles son tus temas. La mejor es preguntarlo directamente, pero si no se puede, hoy propongo mirar a la campaña de abril con las gafas de la postelectoral del CIS.

Podemos encontrar alguna pista relacionando dos variables: para cada electorado qué partido habló más de cada tema durante la campaña y la importancia que otorgan al mismo. Con todas las cautelas debidas, vendría a ser una suerte de indicador de sintonía, cómo de importante es para mí el tema del que me hablas.

Algunos de estos aprendizajes están acompasados con las intuiciones primarias. Por ejemplo, el debate territorial genera más interés en los partidos de la derecha y la corrupción es un tema donde la izquierda se encuentra más cómoda.

Teniendo en cuenta esas lecciones aprendidas y lo que resta hasta las elecciones, podríamos ver qué temas de campaña le sientan mejor a cada partido.

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PSOE, los «viernes sociales»

El PSOE es reconocido como un partido de gobierno. Tiene éxito cuando trata los temas con un enfoque social. No se centra tanto en el número de parados, como en la calidad del empleo. Sobre Cataluña su electorado le viene a decir que tampoco es un tema tan importante, así que, para retener y pescar algo de Ciudadanos le basta con no cometer errores. El flanco económico es el más vulnerable en esta campaña. Empiezan a llegar malos datos que le harán sufrir estas semanas. Los datos de desempleo, siendo malos, aún son lo suficientemente buenos como resistir el golpe. Lo más probable es que el PSOE trate de jugar con la carta de ser la salvación ante la incertidumbre económica. Ojo, estos datos de abril no nos permiten calibrar el peaje de la repetición, que no ha sentado nada bien. Más aún cuando hasta su propio electorado considera que Sánchez es el principal responsable.

PP, es el empleo y la economía

El empleo y la economía son, con diferencia, los temas que más interesan a su electorado. Por poner las cosas con un poco de perspectiva, el 35% de sus votantes considera que el debate territorial es muy importante, mientras que el empleo lo es para el 80%, más del doble. Además, los españoles llevan meses con la mosca detrás de la oreja cuando se asoman a comprobar la marcha de la economía. Ese parece que será el terreno de juego de los indecisos. Si el PP consigue que se imponga el debate económico frente a otros, especialmente el territorial, tendrá la campaña en su terreno y sus expectativas electorales serán muy positivas. ¿Tanto como para ganar? No nos precipitemos, pero tampoco descartemos.

Ciudadanos, la manzana catalana

Esta campaña es compleja para Ciudadanos. Primero porque tiene el votante más volátil y comparte demasiadas fronteras caudalosas. Pero también porque tiene un dilema complejo. Por un lado, el tema catalán le ayuda a recuperar presencia, pero al mismo tiempo su electorado dice que no es un tema tan relevante, que le interesa más el empleo. La próxima semana el foco informativo estará en Cataluña, con la sentencia del procés y la moción de censura a Torra. Una manzana tan apetecible como polarizadora, porque excita el voto separatista. Pero le puede hacer perder el tren de la economía y todo apunta a que la campaña desembocará en la incertidumbre económica. No es un tema menor, ya saben que más de la mitad de sus votantes deciden en las dos últimas semanas. También deberá gestionar el rechazo a la oferta de España Suma.

Unidas Podemos, las cloacas

Podemos fue el primer vehículo que los españoles encontraron para canalizar y reconducir el enfado que tenían en 2014. Ahora ese malestar es mayor. El personal se gasta un cabreo con los políticos que no tiene precedentes, pero la diferencia con respecto a entonces es que ellos llevan un lustro en el sistema que prometieron lustrar. Las informaciones sobre la corrupción, ojo con la posible sentencia de los ERES, y las “cloacas del Estado” permean en su electorado. Pero sus esfuerzos en campaña seguramente se centrarán en argumentar bien el bloqueo de la investidura y defenderse de la irrupción de Errejón. Otra campaña a la defensiva.

Vox, la inmigración y el agravio

En estas elecciones han perdido la condición de novedad. Cada español sabe ya lo que significa y representa un voto a VOX. Sus votantes son, en conjunto, los que muestran mayores cotas de enfado. Y los asuntos que provocan el agravio por la desigualdad entre los españoles tienen tirón entre su votante potencial. Pero si hay un tema que conecta de manera especial con el elector es la inmigración. Es quizá el único donde el mensaje de VOX consigue una capilaridad transfronteriza. Al contrario que en abril, será una campaña a la defensiva. Su mayor aliado, la baja participación. Su mayor rival, la apelación al voto útil en los últimos días, especialmente en la treintena de provincias donde no obtuvo representación.

En resumen, el paisaje ha cambiado mucho en los últimos seis meses. El cabreo con los políticos no tiene precedentes y sobrevolará durante estas semanas. Más de la mitad consideran a los dirigentes como uno de los principales problemas de este país. No hay que perder de vista que la renovada fisión de la izquierda y la infecunda fusión de la derecha serán elementos desestabilizadores de la campaña y del reparto de escaños. Solo queda ver qué partido tiene las lecciones aprendidas.

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