THE OBJECTIVE
Jose Balsa Barreiro

Liberación (homo)sexual

“I want to break free” es el título de uno de los hits más reconocidos de Queen. Publicado en el año 1984, tanto la canción como el videoclip se convirtieron en un himno en pro de la libertad sexual y la igualdad de género.

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Liberación (homo)sexual

“I want to break free” es el título de uno de los hits más reconocidos de Queen. Publicado en el año 1984, tanto la canción como el videoclip se convirtieron en un himno en pro de la libertad sexual y la igualdad de género.

“I want to break free” es el título de uno de los hits más reconocidos de Queen. Publicado en el año 1984, tanto la canción como el videoclip se convirtieron en un himno en pro de la libertad sexual y la igualdad de género. Sin embargo, el mensaje de la canción (y su videoclip) sólo fue aceptado en algunos países. De hecho, en EEUU la doble moral americana consideró obsceno el videoclip, siendo censurado durante más de siete años, hasta el año 1991.

Lo ocurrido con este videoclip pone de manifiesto que la liberación de los colectivos homosexuales es cuestión de fronteras. Son algunos países del centro y norte de Europa, más comprometidos en la defensa de las libertades civiles, los que han planteado en las últimas décadas una cruzada en favor de la completa igualdad de derechos por parte de los colectivos homosexuales. Una veintena de países permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo, algunos de ellos sólo en ciertas partes de su territorio, tal y como sucede en EEUU, donde el matrimonio homosexual es legal en sólo una decena de estados. La mayoría de los países que han aprobado el matrimonio homosexual son europeos o americanos, a excepción de Nueva Zelanda y Sudáfrica. En los últimos meses, algunos países se han adherido (o están a punto de hacerlo) a esta lista, tal como ocurre con Luxemburgo, Escocia e Irlanda.

El reconocimiento de las relaciones homosexuales dentro de la legalidad no siempre supone una igualdad de derechos. De hecho, ciertos países únicamente otorgan derechos parciales a este tipo de matrimonios y sólo una docena aproximada de estos países permiten la adopción de niños por parte de parejas homosexuales.

En el extremo opuesto están todos aquellos países en los que se condena de forma expresa la homosexualidad llegando, en casos extremos, a la pena de muerte. Unos 75 países aproximadamente, la mayoría africanos y asiáticos, condenan cualquier tipo de relación entre adultos del mismo sexo, de los cuales seis de estos países aplican la pena capital: Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Irán, Mauritania, Sudán y Yemen.

Dentro del grupo de países más homofóbicos está Kenia. Hace escasamente unos días, y aprovechando el impacto mediático internacional de la visita del actual Secretario de Estado de EEUU John Kerry, el vicepresidente keniata, William Ruto, afirmó que “no había lugar para los homosexuales en su país”, comprometiéndose así a la defensa de los valores culturales y religiosos imperantes. Actualmente, la homosexualidad en Kenia es socialmente repudiada e ilegal, tipificada como un delito penable con hasta cinco años de cárcel. Lo que ocurre es Kenia, y por extensión en muchos países africanos, refleja como los propios gobiernos son los principales responsables de la discriminación social que sufren los colectivos homosexuales, siendo además éste un ejemplo claro de cómo la política debe imponerse a ciertos comportamientos que son comúnmente aceptados por la sociedad.

Las declaraciones del vicepresidente keniata resultan cada vez más lejanas en los países occidentales, lo que pone de manifiesto sus grandes avances sociales. Sin embargo, aún dentro de estos países existen algunos condicionantes a la plena liberación de estos colectivos como el factor geográfico y político, siendo observadas aún ciertas reticencias en ambientes rurales y sectores conservadores. La plena igualdad social sigue siendo el objetivo de estos colectivos, aunque no será fácil alcanzarla. Prueba de ello es la reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la UE que avala la prohibición de donar sangre por parte de personas homosexuales.

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