El inmovilismo de ERC
Nuestra colaboradora Laura Fàbregas analiza los movimientos –o la ausencia de los mismos– por parte de la política independentista catalana. Lo hace comparando ...
En el programa de sátira política de TV3, Polònia, se representa regularmente a los jueces del Tribunal Supremo como figuras casposas y con el crucifijo siempre a mano en esta suerte de nacionalcatolicismo 2.0 que es, para ellos, la democracia española.
La propaganda de agitprop ha sido altamente convincente. Parecía que los representantes de este carlismo contemporáneo fueran, en realidad, afrancesados ilustrados, mientras que las instituciones del Estado seguían ancladas en el franquismo sociológico. Pero nada más lejos de la realidad.
El primer afrancesado en demostrar que el progreso y la ilustración están del lado del Estado de Derecho ha sido Manuel Valls, candidato a la alcaldía de Barcelona. En un sentido casi étnico de la política, el nacionalismo siempre tuvo el anhelo de que el exprimer ministro francés podría cosechar simpatías con una causa que atenta contra los valores fundacionales de la Unión Europea.
El segundo revés ha llegado con el inicio del juicio al procés. La “buena persona”, devoto del Señor y de los cánticos del Virolai, es Oriol Junqueras. El temido tribunal, presidido por Manuel Marchena, ha resultado ser un grupo de laicos y modernos, garantes de la separación de poderes que ideó Montesquieu.
Y es que ya se sabe que el concepto de Nación es tan absoluto como el de Dios, y necesita que la gente crea fervientemente en ella. A costa de las leyes, de la pluralidad y de las sociedades construidas sobre el individuo.
El activista hispano-argentino Gerardo Pisarello siguió estudios de Derecho en la Universidad Nacional de Tucumán, su ciudad natal. En 1995, no bien obtiene la licenciatura (...
Con todo, lo peor del sanchismo no es Sánchez, sino las bases búlgaras que por menguantes que sean nos mangonean el poco futuro que tenemos
Prontuario de cinco puntos para la batalla
"El ojo que todo lo ve, no vio —o vio, pero prefirió seguir grabando— un presumible edredoning no consentido"