THE OBJECTIVE
Lorena G. Maldonado

Marcos Ana y la trinchera de la hermosura

«Yo ya creo que todo -fuera del sueño- es patio (…) Un patio donde giran los hombres sin descanso». Lo escribió Marcos Ana, el poeta comunista encarcelado por el franquismo que falleció hace unos días. Cuando le leo me viene a la cabeza lo que le preguntaron una vez a Leopoldo María Panero: «¿A ti te gusta la vida?». Él respondió: «A mí lo que me gusta es la libertad. Prefiero ser un suicida antes que un zombie». Pienso en Marcos Ana tocando el aire con las manos e intentando discernir las dimensiones del tronco de un árbol. Su corteza. El olor de las hojas. Los recuerdos de una siesta a su sombra, de un primer beso apoyado en sus raíces.

Opinión
Comentarios
Marcos Ana y la trinchera de la hermosura

«Yo ya creo que todo -fuera del sueño- es patio (…) Un patio donde giran los hombres sin descanso». Lo escribió Marcos Ana, el poeta comunista encarcelado por el franquismo que falleció hace unos días. Cuando le leo me viene a la cabeza lo que le preguntaron una vez a Leopoldo María Panero: «¿A ti te gusta la vida?». Él respondió: «A mí lo que me gusta es la libertad. Prefiero ser un suicida antes que un zombie». Pienso en Marcos Ana tocando el aire con las manos e intentando discernir las dimensiones del tronco de un árbol. Su corteza. El olor de las hojas. Los recuerdos de una siesta a su sombra, de un primer beso apoyado en sus raíces.

Se nos olvida que estamos conectados a los afluentes de los ríos y a las hierbas del camino más que a los semáforos y a los postes de luz. Se nos olvida dónde residimos. Qué extraña el espíritu cuando lo están ahogando. Imagino veintitrés años de la vida comiendo piedra en un circuito cerrado e intuyo que soñaría con meterme en bolas en el mar y volver a sentirme parte de algo más universal, algo más incontrolable y poderoso. Soñaría con regar las plantas como Dios me trajo al mundo y masticar algo que supiese mucho al vientre titánico de la naturaleza. Algo como pan con aceite y tomate. Y después, respirar hondo.

Mi madre siempre dice que el ser humano demuestra su inteligencia en cómo se adapta a los distintos medios. Yo creo que con la dignidad sucede algo parecido, y que Marcos Ana es un buen ejemplo de ello. Cuando te quitan la luna, el sexo, los pájaros, las canciones de las tabernas, los abrazos de la madre; cuando intentan arrancarte las únicas cosas de la vida que merecen la pena -que son los paisajes de la libertad-, bien puedes cruzarte de brazos y hacerte pequeño, como un bicho bola, o puedes escribir poemas en los platos de papilla y recordar que hay algo que nadie puede quitarte. Las ideas. La trinchera férrea de la hermosura.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D