THE OBJECTIVE
Natalia Angulo Haynes

Mare Nostrum

Italia, desesperada tras el último naufragio que ocasionó la muerte de 17 personas (12 mujeres, 3 niños y 2 hombres) procedentes de Eritrea, Pakistán, Somalia y Siria, mientras otras 200 continúan desaparecidas, amenaza con abrir sus fronteras hacia otros países europeos a los inmigrantes ilegales.

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Italia, desesperada tras el último naufragio que ocasionó la muerte de 17 personas (12 mujeres, 3 niños y 2 hombres) procedentes de Eritrea, Pakistán, Somalia y Siria, mientras otras 200 continúan desaparecidas, amenaza con abrir sus fronteras hacia otros países europeos a los inmigrantes ilegales.

Italia, desesperada tras el último naufragio que ocasionó la muerte de 17 personas (12 mujeres, 3 niños y 2 hombres) procedentes de Eritrea, Pakistán, Somalia y Siria, mientras otras 200 continúan desaparecidas, amenaza con abrir sus fronteras hacia otros países europeos a los inmigrantes ilegales si no recibe ayuda de la Unión Europea, aunque ese gesto implique violar el Convenio de Dublín, que establece que los migrantes deben permanecer en el país al que llegan hasta que se apruebe su condición de refugiados. “Europa tiene dos opciones: o viene aquí e iza la bandera europea sobre la operación ‘Mare Nostrum’ o una vez que hayamos definido el estatus de los inmigrantes y determinado que tienen derecho a protección y asilo, dejaremos que se vayan, si se quieren ir a otros países”, ha declarado el ministro Angelino Alfano, añadiendo que “el derecho de asilo es sacrosanto, pero no se puede ejercer sólo en Italia, no se puede proteger a los bancos y luego dejar que las madres y los niños mueran”.

El papa Francisco calificó este jueves de «cínico» el comportamiento de quienes defienden los derechos humanos y al mismo tiempo «ignoran» a los inmigrantes que abandonan sus países y mueren en el intento. El pontífice denunció los «viajes masacradores» y las «torturas» a las que se ven sometidos los inmigrantes que dejan sus países y «acaban por morir en el desierto o en el fondo del mar» y recordó que la inmigración está forzada y está vinculada a los conflictos y a las guerras, muchas de ellas provocadas por el primer mundo en su propio beneficio.

Es evidentemente un fenómeno muy complejo y hay que buscar una solución civilizada y organizada ante esta emergencia mundial, pero la solución no es hacer oídos sordos y mirar hacia otro lado poniendo en práctica el «que hagan lo que haya que hacer, pero que no entren».

Tenemos ante los ojos el holocausto de nuestro siglo y nuestra impasibilidad será juzgada por la historia futura de la misma forma en que hoy juzgamos a los impasibles de aquel otro holocausto a mediados del siglo pasado. Nos sorprendemos e indignamos cuando vemos aterrados aquellas imágenes de judíos agonizantes y no comprendemos cómo la sociedad lo permitía, cómo es que nadie hacía nada por impedirlo. Hoy estamos ante una injusticia de la misma magnitud y no salimos a las plazas a exigir que esto se ha acabado, que hay que dar una solución inmediatamente. Con cada noticia de un nuevo naufragio, nuestra humanidad se va volviendo insensible al drama ajeno y a la vergüenza propia, hasta el día en que deje de ser noticia. “Vergogna”. Aplaudo las palabras valientes del Papa Francisco al afirmar que ha llegado el momento de afrontar el fenómeno y dejar de mirar hacia otro lado.

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