THE OBJECTIVE
José Carlos Rodríguez

Matar al padre

El Frente Nacional ha experimentado un cambio enorme, el que va de Jean Marie a su hija Marine; un cambio generacional, ideológico y estratégico. Marine ha heredado el partido y lo ha desescombrado ideológicamente. Ya no es el FN de Vichy, ni necesita el desenvuelto racismo se antes, ni tolera el antisemitismo que fue bandera de la formación. Ha vertido el tarro de las esencias, y lo ha vuelto a llenar con un cócktail distinto. Su aroma ya no apesta tanto a los franceses, y de hecho seduce a uno de cada tres.

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Matar al padre

El Frente Nacional ha experimentado un cambio enorme, el que va de Jean Marie a su hija Marine; un cambio generacional, ideológico y estratégico. Marine ha heredado el partido y lo ha desescombrado ideológicamente. Ya no es el FN de Vichy, ni necesita el desenvuelto racismo se antes, ni tolera el antisemitismo que fue bandera de la formación. Ha vertido el tarro de las esencias, y lo ha vuelto a llenar con un cócktail distinto. Su aroma ya no apesta tanto a los franceses, y de hecho seduce a uno de cada tres.

A los analistas les cuesta entender que algo que suene a Frente Nacional pueda tener éxito. Socialistas y gaullistas habían forjado un “frente republicano”, un muro de contención que ha acabado por venirse abajo. Marine ha reformulado el acendrado nacionalismo de la formación sobre bases nuevas; ideas que forman parte del canon del buen ciudadano republicano francés, pero interpretadas con otra luz, como son la defensa del Estado de Bienestar frente a los recortes de Bruselas y la presión de la inmigración, de las empresas y productos franceses frente a la globalización y de la moneda nacional frente a la compartida por otros países. Nacionalismo, excepción cultural y económica, asistencia estatal, y rechazo a compartir la soberanía en las instituciones europeas. Un anti liberalismo con cuños viejos y nuevos, muy efectivo.

Europa, y en particular Francia, ha acogido a una importante población musulmana que suscita muchos temores. Su integración en ocasiones es nula, pues el principio republicano choca con la réplica, en suelo francés, de sociedades extranjeras. Hasta los judíos y homosexuales votan cada vez más al FN, pues lo ven como el único partido capaz de defenderles ante a la importación de la Sharía. Marine ha cumplido el cliché freudiano de matar al padre para convertir a su partido en una formación relevante.

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