THE OBJECTIVE
Nuria de Madariaga

Nadie nos asustará en nuestra tierra. Eso no va a pasar

Hacen bien los amigos de Charlie Hebdo en convocar un concurso satírico literario en Francia. “Irreverente” dicen y nos meterán rasca a todos, judíos, cristianos, hindúes, islámicos y budistas. Y todos los encajaremos musitando entre dientes “Serán hijoputas…” bueno, casi todos, porque los islámicos suelen tener muy poco sentido del humor y eso demuestra inseguridad. Lo que es broma es broma. Y lo que es ofensa es ofensa.

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Nadie nos asustará en nuestra tierra. Eso no va a pasar

Hacen bien los amigos de Charlie Hebdo en convocar un concurso satírico literario en Francia. “Irreverente” dicen y nos meterán rasca a todos, judíos, cristianos, hindúes, islámicos y budistas. Y todos los encajaremos musitando entre dientes “Serán hijoputas…” bueno, casi todos, porque los islámicos suelen tener muy poco sentido del humor y eso demuestra inseguridad. Lo que es broma es broma. Y lo que es ofensa es ofensa.

Que la tiparraca que ostenta la portavocía del Ayuntamiento de Madrid irrumpiera en una capilla despelotada no es broma, es ofensa. Que ilustren una viñeta con el santo Job en el estercolero diciendo cualquier procacidad es eso, humor gráfico. Que hagan chistes de judíos no es ninguna novedad porque los judíos siempre han sido muy chistosos y les encanta sacar punta a sus diferencias. Si ponen a Buda en bikini a los budistas les da igual porque son personas serenas y los hindúes con aquello del sincretismo van de esponjas y absorben todo lo bueno y lo bello de cada cultura y encima son divertidos.

El problema siempre está con los mismos y nos parece aceptable que en sus países se ofendan y atenten ¿Qué nos importa? Hombre, nos importa cuando la violencia alcanza a inocentes que no tienen la culpa de haber nacido en el lugar equivocado. Lo cierto es que “nuestro” lugar no es equivocado y por ello los de Charlie Hebdo, en nuestra Europa, pueden publicar lo que les salga del forro de los huevos, con perdón de la expresión. ¿Y saben por qué? Claro que lo saben ustedes. Saben que Europa, la cultura de Occidente, no nos la han regalado en una tómbola, sino que la han fabricado nuestros ancestros. Con muchísimas fatigas. Entre inmensas calamidades. Nos hemos pasado la Historia luchando y rabiando, empapando con sangre celta, bárbara, sajona, normanda, curete, ibera, romana, griega, picta, vikinga, eslava, rusa, serbia… Con todas nuestras sangres entremezcladas. Entre romanos achuchando, bárbaros invadiendo, vikingos por aquí, bretones por allá, judíos quince siglos andorreando, unos que decían que eran etruscos, con su pan se lo coman, Constatino y Constantinopla (Putin es el único que ha tenido bemoles para reclamar “nuestra” Santa Sofía y el que la sigue la consigue) este inmenso gazpacho que ha sido la Europa del feudalismo y la de las catedrales, la de Cister y Cluny, revoltillo medieval con los judíos en sus guetos siempre presentes ,la Europa que abrió los ojos al Renacimiento y salieron rebotados como Lutero que predicaba austeridad y por otro lado el mosaico de Estados Italianos y los Papas que algunos salieron de aquella manera y pese a todo el cristianismo fue capaz de sobrevivir. Y llegamos a América aunque los vikingos ya habían hecho irrupciones por el norte.

Nuestro Renacimiento y nuestras revoluciones, más sangre para abonar la tierra, los grandes pensadores, los inmensos filósofos, el arte evolucionando cada vez más exquisito, la revolución industrial, el hambre de la patata en Irlanda que pasaportó aún a más emigrantes a unos Estados Unidos que también hicimos espejo de nuestras raíces y de nuestro ADN ¿Y Australia repoblada por convictos que nos hicieron aterrizar donde las ovejas y los canguros? ¿Y las dos Grandes Guerras? ¿Y el marxismo? ¿Y la democracia? ¿Y los más espectaculares avances científicos y tecnológicos? Si nos ponemos a contabilizar los litros de nuestra sangre que abonan y los billones de neuronas puestas en funcionamiento a lo largo de los siglos que fecundan nuestra civilización nos faltan números. Y gracias a esa sangre y a esa evolución los de Charlie Hebdo, nosotros, no vamos a tener miedo de que nadie extraño a esta Historia hecha de dolor, sacrificio, perseverancia y fuerza de voluntad, nos venga a joder el futuro y a amargar el presente.

¿De qué es culpable Occidente? ¿De sus logros? No tenemos el Síndrome de Estocolmo. ¿De qué es culpable Israel, de acaparar el 23% de los premios Nobel, 194, mientras entre todos los países árabes juntos han alcanzado tan sólo 7 premios?. Lo esencial es tener las ideas claras y saber a qué club se pertenece, si al de los avances en todos los campos o al del resentimiento. Se está o no se está y por eso los de Charlie Hebdo pueden hacer concursos, porque si los malos atacan nosotros vamos a estar, le pese al melindroso gobierno que le pese, Europa no es ni va a ser Mullenbeck (ni la sede de la UE debería estar en Bélgica, países del Este, dignos y felices de ser Europa no faltan) Que no nos engañen para tratar de presentarnos a Rusia como “enemiga” porque quienes se mueven por intereses bastardos y petrodólares suculentos no se sienten seguros teniendo al guardián ruso ahí al lado, prefieren la debilidad, el entreguismo, los complejos y el miedo y la rabia de cada vez un mayor segmento de la ciudadanía. Europa está cautiva de su cobardía, vergüenza para nosotros, ofensa para nuestros muertos, escupitajo en la cara de quienes murieron por construirnos. Traición a nuestra Historia.

La maldición de Europa puede que estén siendo los políticos y sus despachos enmoquetados, nosotros no somos maldición, somos la savia potente entrenada en renacer tras la gran peste, sobre la Inquisición, en los combates cruentos, en el hambre y el frío, en las peores epidemias, en los escombros de los bombardeos y en la redacción de Charlie Hebdo empantanada por la sangre de los periodista¿Qué nos amenazan? Que vengan que nos sabremos defender y esto lo dice una abuela truncada que no ha podido tener nietos porque, con la crisis, la cosa está muy mala. Pero también lo decimos las madres y lo dicen las hijas. Si es la mano que ha mecido la cuna de Europa la que tiene que dar la talla, la mano la dará y lo mismo que tantas veces hemos empuñado el cucharón para servir y el cuchillo para trinchar, sabremos sacarles las tripas por la boca tirando de la lengua, a quienes amenacen a nuestros hijos. Los de Charlie Hebdo pueden publicar tranquilos. El miedo no va a extender sus tentáculos sanguinolientos por Europa. Lo decimos las madres. No vamos a vivir de rodillas. Eso no va a pasar.

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