THE OBJECTIVE
Cesar Cidraque Llovet

Nunca caminarás solo

¿En virtud de qué nos creemos con la potestad de juzgar a otra persona? No, el juego no va de esto. No se trata de tener ni de acumular ni de cambiar una cosa por otra. Se trata de dar, aquí y ahora. No mañana. Y nunca caminarás sólo.

Opinión
Comentarios

¿En virtud de qué nos creemos con la potestad de juzgar a otra persona? No, el juego no va de esto. No se trata de tener ni de acumular ni de cambiar una cosa por otra. Se trata de dar, aquí y ahora. No mañana. Y nunca caminarás sólo.

Pasamos la vida pidiendo que nos escuchen, que nos entiendan. “Equivocarse es humano”, decimos. ¿Y nosotros? ¿Tratamos de comprender a los demás? ¿Nos ponemos en su lugar? ¿Intentamos entender a los demás o sólo lo hacemos mientras nuestra razón prevalece? ¿Qué ocurre cuando los demás no hacen lo que nosotros queremos? ¿Cómo actúas? ¿Te enfadas? ¿Castigas con tu silencio? ¿Con tu indiferencia?

Todos tenemos dentro, en nuestra mente, un juez y un elector. Encontrar el equilibrio entre ambos no es nada fácil. A menudo hablamos de la importancia de no juzgar al otro. “No juzgues, no generalices, no discutas, no etiquetes a los demás ni a ti mismo. Aprende a ponerte en duda. No seas absoluto.” Pero eso sería como pedirle a una piedra que tuviera sentimientos.

El secreto del asunto no radica en no pensar, dado que no lo podemos evitar, sino en no quedarse aferrado a los pensamientos. En aprender a dejar de actuar de forma impulsiva. A serenarse y decirse a uno mismo: no siempre tengo razón, mis pensamientos son parciales, voy a tratar de abrir mi mente, de escuchar sin prisa, sin interrumpir, sin estar pensando una respuesta mientras el otro habla. Aprender que todo lo que no está pactado directa o tácitamente es relativo, incluso los pactos lo son. Aprendamos que somos este momento, no el que ha pasado ni el que está por venir.

¿En virtud de qué nos creemos con la potestad de juzgar a otra persona? ¿Acaso somos perfectos? ¿Lo sabemos todo? ¿Lo hacemos todo bien y siempre somos magníficas personas? ¿Nacemos aprendidos? ¿De verdad crees que eres mejor que alguien? ¿Mejor que la media? ¿Por qué? ¿Por qué tienes más cosas? ¿Más estudios? ¿Más dinero? ¿Por qué pagas impuestos y cumples normas? En poco más de dos siglos ni al mismo Beethoven le pertenece ya su propia música. ¿Qué te vas a llevar tú? ¿Qué vas a dejar que perdure? No, el juego no va de esto. No se trata de tener ni de acumular ni de cambiar una cosa por otra. Se trata de dar, aquí y ahora. No mañana. Y nunca caminarás solo.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D