THE OBJECTIVE
Guadalupe Sánchez

Ayuso actuó en legítima defensa

«Con la decisión de remitir a la Justicia los documentos en los que se sustentan las acusaciones contra ella, ha ido mucho más allá de aquello a lo que está obligada»

Opinión
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Ayuso actuó en legítima defensa

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. | EP

En su comparecencia de este lunes desde Boadilla del Monte, Isabel Díaz Ayuso anunció que va a poner a disposición de la Fiscalía todos los documentos relacionados con el contrato suscrito por la Comunidad de Madrid con la empresa con la que mantuvo relaciones comerciales su hermano. Jaque.

También comunicó que no va a postularse como candidata a presidir el PP en un futuro congreso nacional ya que su compromiso es con los madrileños que la llevaron al borde de la mayoría absoluta hace apenas unos meses. Mate.

Dos simples movimientos bastaron a la presidenta madrileña para dejar fuera de juego a quienes la han acusado de falta de ejemplaridad y de detonar una bomba en el seno de su partido para hacerse con el control absoluto del Partido Popular. 

Con la decisión de remitir motu proprio a la Justicia los documentos en los que se sustentan las acusaciones que se han vertido contra ella y su familia, Ayuso ha ido mucho más allá de aquello a lo que está obligada. En ningún país medianamente civilizado una persona tiene que demostrar su inocencia ante una acusación de delito, pero en España existe la fea costumbre mediática de no respetar esta presunción por sistema. Y no porque los periodistas se extralimiten en su labor de control del poder ejecutivo, sino porque son partícipes directos de las intrigas internas que se cuecen en los partidos políticos: unos actuando como simples correos y otros como brazo ejecutor. Que a nadie le quepa duda alguna de que los dosieres con información sensible contra dirigentes y cargos púbicos existen en la medida en que quienes manejan los hilos en los partidos son sabedores de que la prensa colaborará gustosamente de sus tejemanejes, propiciando el linchamiento social si es menester.

Porque nada de lo sucedido se hizo con la intención de lavar los trapos sucios en casa, como Casado y García Egea han intentado torpemente hacer ver con la pretensión evidente de convertir a Ayuso en una irresponsable que persigue disputarles el mando de Génova. No tiene sentido limpiar aquello que no está manchado. 

No ha habido una agresión mutua donde cada agresor debe de cargar con una pena. Unos atacaron y la otra simplemente se defendió legítimamente. Además, era imposible haber zanjado el tema sin hacerlo público porque ya lo era, concretamente desde el pasado mes de octubre, cuando Pablo Casado y Teodoro García Egea decidieron utilizar a los medios como correa de transmisión para acabar con la carrera política de Ayuso y obligarla a doblegarse ante sus presuntos intentos de chantaje. Un modus operandi en el que esta pareja de acomplejados y de mediocres se ha llegado a creer especialista por el éxito que consiguieron marginando a Cayetana Álvarez de Toledo.

«Nadie tan torpe y tan irresponsable merece dirigir los designios del país, a pesar de que el actual inquilino de Moncloa ha bajado mucho el listón»

Y como para defenderte y sobrevivir muchas veces no queda otra que atacar, la presidenta madrileña ha devuelto el golpe de forma racional y proporcional a la agresión recibida. Les ha confrontado en su mismo terreno, el mediático, y además a cara descubierta, obligando a sus agresores a salir de la madriguera en la que estaban agazapados para confrontarla. Y en cuanto han tenido que dar explicaciones, sus mentiras, falta de escrúpulos y bajeza moral se han hecho patentes. Las declaraciones de Casado en el programa de Carlos Herrera lo retrataron como alguien falso e ignorante, totalmente inconsciente de la gravedad de las palabras que estaba pronunciando, alguna de las cuales confirmarían la comisión de varios presuntos delitos, como anticipé en mi artículo del pasado sábado.

Ante el primer mandoble defensivo de Ayuso, la respuesta de Casado fue pegarse un tiro en el pie que los ha mandado a él y a su escudero murciano a la UCI política. Nadie tan torpe y tan irresponsable merece dirigir los designios del país, a pesar de que el actual inquilino de Moncloa ha bajado mucho el listón. Pero si algo se ha demostrado que tiene Sánchez es instinto depredador, al contrario que Pablo y Teodoro, cuyas pulsiones son las propias de un parásito chupasangre.

Eso explica que se aferren a sus puestos en Génova 13 cual garrapatas, aun a pesar del daño que su enroque pueda generar al partido, que a la vista está que les importa solo en la medida en que se puedan servir de él. Cada día que pasa sin su dimisión, las posibilidades de ganar un futuro pulso electoral a Sánchez disminuyen.

Este proceder imprudente choca con la altura de miras que está demostrando Ayuso, que en lugar de utilizar la manifestación de simpatizantes a su favor frente a la sede de los Populares en Génova para imponerles su candidatura, se ha echado a un lado. Sabe que tiene los votos, pero que estos no llevan a ninguna parte sin tener al partido detrás. Y el PP está maltrecho. Feijóo no entusiasma a una parte del electorado, pero puede ser el indicado para recomponer las costuras de las cicatrices que ahora están abiertas. Además, cediendo protagonismo al gallego ha conseguido dejar como Cagancho en Almagro a todos los que se parapetan tras el periodismo para vomitar estupideces con las que construir un relato sectario alejado de la realidad: ese que pretendía equiparar la protesta ante las puertas de Génova con un intento de golpe de Estado o con el asalto al Capitolio estadounidense. Algunos no se cansan de hacer el ridículo, pero el público al que se dirigen cada vez tolera menos que insulten su inteligencia.

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