THE OBJECTIVE
Sonia Sierra

La ultraderecha y las agresiones a las mujeres

«Hemos visto ataques misóginos en diferentes manifestaciones feministas donde mujeres son agredidas físicamente por transactivistas»

Opinión
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La ultraderecha y las agresiones a las mujeres

Manifestación con una pancarta de Plataforma Trans | Isabel Infantes (EP)

El pacto de gobierno entre el PP y Vox en Castilla y León ha causado mucho revuelo y declaraciones encendidas. Nunca he votado a ninguno de esos partidos ni soy de esa comunidad autónoma, así que no me siento demasiado legitimada para hablar del tema, pero resulta que gran parte de esas críticas se hacen en nombre de las mujeres y ahí ya me atrevo a opinar más. He leído el pacto de gobierno y, si bien es cierto que son ideas muy genéricas, no veo ninguna en concreto que atente contra las mujeres, por lo que me llama mucho la atención que cause declaraciones tan encendidas algo que de momento no ha pasado y que, sin embargo, se mire para otro lado ante amenazas y agresiones reales contra las mujeres.

Empecemos por la violencia verbal. Uno de los casos más recientes es el protagonizado por Samantha Hudson, con un largo historial de comentarios misóginos, que en el programa La Resistencia dijo: «Me da rabia que no puedas pegarle una patada a Greta Thunberg en la cara y quedarte a gusto porque se supone que está mal». Más allá de lo preocupante que resulta que alguien necesite agredir a otra persona para sentirse bien, estamos hablando del deseo de pegar a una chica de 19 años con trastorno de espectro autista. Imagino que si este comentario lo hubiera dicho alguien considerado de derechas, el escándalo habría sido, y con razón, monumental. Pero como se supone que Samantha Hudson es muy transgresora porque arremete contra Franco –aunque lleve casi medio siglo muerto-, pues la gente del público se rio y aplaudió. 

También hemos visto ataques misóginos en diferentes manifestaciones feministas donde mujeres son agredidas físicamente por transactivistas, pero, de nuevo, como no se les considera ultraderecha, casi no hay noticias sobre el tema. Estas amenazas y agresiones a feministas por parte de transactivistas también se están produciendo en otros países, así que deberíamos empezar a preguntarnos si no se está utilizando la legítima defensa de los derechos de las personas trans para dar rienda suelta a la misoginia y dinamitar el movimiento feminista. Basta con señalar a una mujer como TERF para que se abra la veda contra ella y nadie acuse a los agresores de ser de ultraderecha ni de nada. Al revés, se les considera progresistas.

Una de las cosas que se suelen señalar de Vox para afearles que están «en contra de las mujeres» es su pretensión de querer derogar la actual Ley de Violencia de Género. Resulta curioso que haya gente que critique esto y, a la vez, aplauda la proposición de Ley Trans de Irene Montero, que puede convertirla en papel mojado. Y la prueba más evidente de lo que digo es que la propia Macarena Olona felicitó a la ministra por su ley con un tuit en el que decía: «Nunca imaginé que el feminismo de Irene Montero fuera nuestro mejor aliado. LA VIOLENCIA NO TIENE GÉNERO».

Así, mientras Macarena Olona celebra que en Cataluña se avance para desdibujar la legislación de género, en esta misma comunidad se ha cancelado a la profesora de la UAB Juana Gallego, conocida por su compromiso feminista, que debía de impartir la asignatura ‘La Publicidad, agente socializador‘ en el máster de Género y Comunicación. Las alumnas se han negado a cursar la asignatura sobre publicidad de esta exdirectora del Observatorio para la Igualdad de dicha universidad por atreverse a manifestar que el sexo no se puede autodeterminar solo por propia voluntad. Desde la coordinación del máster se ha emitido un comunicado bochornoso y plagado de faltas de ortografía –sí, profesoras universitarias que no saben escribir correctamente, así están las cosa- en el que se lamenta que las clases de Gallego no hayan generado interés. ¿Pero cómo van a saber las alumnas si tienen interés o no si se han negado a asistir ni una sola sesión?

¿A alguien se le ocurre algo menos adecuado en una universidad que cancelar a una profesora sin saber qué va a decir y sin atreverse a refutar dialécticamente su posición? Y, por desgracia, no es el único caso de cancelación. Tenemos, por ejemplo, el de Pablo de Lora, compañero de columna, y en este caso también sin molestarse en escuchar sus argumentos ni debatirlos. Y es que el tema trans y no binario se ha convertido en un dogma que no acepta contraargumentación. Si no eres un buen feligrés, se te cancela y santas pascuas, no vaya a ser que les desmontes sus ideas. Por eso tienen tanta prisa en aprobar la ley.

Nadie discute que hay que respetar los derechos las personas trans; lo que se cuestionan son ciertos aspectos de la teoría queer que influyen en las leyes, porque si ser hombre o mujer es un sentimiento o una decisión personal, puede bastar que un agresor se autoidentifique como mujer para que obtenga privilegios. Y no digan que no va a pasar porque está pasando en lugares con leyes similares en los que agresores acaban en cárceles de mujeres.

Y también está pasando que deportistas nacidos hombres como Lia Thomas, que ocupaba el puesto 462 en la categoría masculina, ahora pulverizan las marcas en las competiciones femeninas dejando al resto de deportistas mascullando su indignación en silencio para no ser acusadas de transfobia. Parece que es muy importante que Thomas se sienta bien, pero los sentimientos de las mujeres desplazadas en el podio, no tanto. Por cierto, a la feminista Paula Fraga le han cerrado la cuenta de Twitter por criticar este caso y reivindicar el deporte femenino. Otra vez la cancelación cuando anda el tema trans de por medio. 

Y estamos hablando de natación, porque si habláramos de boxeo o artes marciales ya no se trata de perder campeonatos, sino de garantizar la integridad física de las mujeres ante los golpes de personas nacidas hombres como el caso de Fallon Fox, que causó daño en el hueso orbital y conmoción cerebral a su oponente femenina. Aunque, recuerden, aquí todo el mundo está muy concienciado con el tema de la violencia de género y si se te ocurre cuestionar cualquiera de estas agresiones a mujeres, seguramente es porque eres un peligroso ultraderechista, igualito que los transportistas, agricultores y ganaderos que se manifiestan estos días.

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