THE OBJECTIVE
David Mejía

¿Y cuándo anuncian a Rajoy?

«El regreso al rajoyismo puede parecer un avance tras tres años en la nada, pero los partidos políticos deberían ser más ambiciosos y conocer mejor el país que aspiran a gobernar»

Opinión
4 comentarios
¿Y cuándo anuncian a Rajoy?

Mariano Rajoy. | Europa Press

Sería una decepción que el XX Congreso del Partido Popular no culminara con el anuncio de Mariano Rajoy como candidato a la Presidencia de Gobierno. Recuperarlo sería lo más congruente para un partido obstinado en revivir el alma del rajoyismo. Uno no entiende la insistencia del PP en invocar aquello que debería exorcizar, pero, ya puestos, para qué andar trasplantando el alma a un cuerpo nuevo. Que vuelva Rajoy y acabarán antes. 

El regreso al rajoyismo puede parecer un avance tras tres años en la nada, pero los partidos políticos deberían ser más ambiciosos y, sobre todo, conocer mejor el país que aspiran a gobernar. Si los desmanes orgánicos de PP y PSOE pudieran despacharse como «problemas internos», el asunto no tendría gravedad. Pero lo que sucede en las entrañas de los partidos tiene consecuencias también para los no militantes. 

Entiendo la dificultad que supone para el PP presentarse al mismo tiempo como alternativa tanto a Vox como al PSOE, y seguro que la dupla «moderación y gestión» pretende ofrecer una vacuna para cada uno. No obstante, no deja de ser un lema para evitar una saludable confrontación de ideas. No hay nada malo en querer mostrarse moderado frente a Vox, pero convendría aclarar en qué, dado que la moderación es una categoría vacía. Yo, por ejemplo, no quiero que el poder público defienda mis derechos con moderación; quizá sí con buena educación, pero ese es otro debate. Uno puede ser más o menos fino en las formas, pero su defensa de los valores constitucionales o la denuncia del empobrecimiento de la población no deben ser moderadas. El problema de la moderación es que puede resultar indistinguible de la indolencia. 

De igual modo, presentarse como el partido de la gestión es muy parecido a presentarse como el partido que desprecia las ideas. Deben sospechar que España está llena de ciudadanos deseosos de votar al partido del Excel: «que caiga España que ya la levantaremos nosotros», decía Montoro. Parecen ignorar que los ajustes de gasto que tuvo que hacer el PP para cuadrar las cuentas desde 2012 no fueron indoloros, y que no todo el mundo guarda un recuerdo impecable de su capacidad de gestión. Además, existen gestiones de otra naturaleza donde el PP no ha dado la talla, como los casos de corrupción, el procés o la moción de censura de 2018. 

Por eso, presentarse ante la opinión pública como gestor moderado, que no alza la voz ni entra en polémicas terrenales, puede servir para ganar el voto del colectivo de registradores de la propiedad, pero parece una mala idea cuando el diésel está a 1,85 euros por litro. Hay una virtud política poco valorada: la de ser capaz de ignorar las etiquetas que plantan los adversarios. 

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D