1 día y 182 noches

A 182 días para las elecciones municipales y autonómicas, el partido de Abascal vuelve con la munición cargada de crispación, tal y como lo vivimos el pasado miércoles cuando la diputada de Vox, Carla Toscano, afirmó en el Congreso que Irene Montero habría alcanzado su puesto por «haber estudiado en profundidad» a Pablo Iglesias, exlíder de Podemos, y en alusión a que ambos son pareja.

Para unos no tiene sentido o no entienden cómo Vox ha revivido a una ministra que agonizaba por la ejecución del Ministerio de Igualdad sumada a las guerras internas de su partido, pero detrás de todo este show parlamentario hay una estrategia de polarización y movilización para volver a estar dentro del mundo mediático.

Tanto Unidas Podemos como Vox son conscientes que están de capa caída; Unidas Podemos porque está con la búsqueda de ese líder que enamore a su electorado como lo hizo una vez Pablo Iglesias, y Vox porque se ha quedado sin perejil, ese condimento que se echa en todas las salsas y que le da ese sabor rico.

Si analizamos la estrategia comunicativa de Vox, podemos decir que ha sido un éxito, ya que con la intervención de la diputada Toscano han conseguido ponerse en el foco mediático. Ya lo decía Oscar Wilde: «Que hablen mal de uno es espantoso, pero hay algo peor y es que no hablen de ti», y si no hablan de ti, no existes.

La diputada Toscano ha logrado que hablaran de ellos, aunque fuera mal. Y no solo han hablado los medios de comunicación, sino los grupos parlamentarios, siendo altavoces de la marca Vox y de la ministra Montero, centrando el mensaje en ellos dos, siendo el tema de la agenda política del día y dejando afuera de lo mediático al resto de partidos políticos incluyendo al Gobierno.

«El partido de Abascal ha conseguido que la opinión pública se polarice en dos extremos»

Además, el partido de Abascal ha conseguido que la opinión pública se polarice en dos extremos, ganando espacio y apoyo dentro del mismo con su respectiva movilización de la militancia de ambos partidos, trasladando ese tono de crispación a la sociedad.

Pero analizando los principios y los valores de una persona, y en este sentido de un político, no puede ser más bochornoso y bajuno, porque en política no todo vale.

Es cierto que la ministra Montero estaba moribunda gracias a los fallos de su famosa ley de solo sí es sí, y que debería dar explicaciones políticas por el efecto contrario a su polémica ley, pero lo que es indudable es que nadie tiene el derecho de la ofensa metiéndose en la vida privada de la otra persona y más si es un cuerpo a cuerpo de mujer a mujer. Flaco favor nos estamos haciendo.

Hemos llegado a un punto en que ese tono de crispación, de insultos de un lado y del otro del espectro político, lo hemos normalizado, siendo un problema para la normal convivencia de la ciudadanía.

Debemos recordar a nuestros políticos que son referentes sociales, así que lo que hagan o digan cala en la sociedad. La política significa respeto y cuando se cruza esa línea roja de principios y valores, tenemos una sociedad crispada y polarizada, con dos bandos -conmigo o contra mí- y eso es lo que han pretendido y pretenden los dos extremos políticos, Vox y Unidas Podemos, porque ambos se necesitan para su supervivencia política.

Lo que sé es que en política las casualidades no existen.