THE OBJECTIVE
Laura Calonge

Orangután on Air, Indonesia On Fire

En un pasado lejano se creía que los orangutanes eran una tribu humana peluda que, por algún motivo, no podía hablar. De ahí que Orang Hutan, en malayo, signifique “hombre de la selva”. Los orangutanes llevan habitando la Tierra alrededor de 7 millones de años, que se dice pronto

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Orangután on Air, Indonesia On Fire

En un pasado lejano se creía que los orangutanes eran una tribu humana peluda que, por algún motivo, no podía hablar. De ahí que Orang Hutan, en malayo, signifique “hombre de la selva”. Los orangutanes llevan habitando la Tierra alrededor de 7 millones de años, que se dice pronto

En un pasado lejano se creía que los orangutanes eran una tribu humana peluda que, por algún motivo, no podía hablar. De ahí que Orang Hutan, en malayo, signifique “hombre de la selva”. Los orangutanes llevan habitando la Tierra alrededor de 7 millones de años, que se dice pronto. En cambio, nuestra especie, en plena carrera evolutiva hacia el homo consumer gilipollus, tiene una antigüedad millones de años menor.  Millones de años, ojo. 

Los orangutanes están ahora en peligro de extinción y sólo habitan en Malasia e Indonesia. Tienen la mala suerte que no les dejan vivir en su hábitat natural, porque ellos, que no están afectados por la hipoteca pero sí por los desalojos, tienen un espacio vital que se va encogiendo más que Alicia en el País de las Maravillas. Malasia está afectada por la tala de árboles. Indonesia, por la quema masiva de sus bosques, más de 121.000 en lo que va de año según datos de globalfiredata.org. Sumatra y Borneo, las zonas donde vive el orangután, han sido las peor paradas en esta quema indiscriminada que se ha cobrado la muerte de víctimas humanas, miles de animales e incalculables hectáreas de selva. La cantidad de gases tóxicos como dióxido de carbono producidos por estos incendios se ha equiparado a los emitidos en un año por Japón, en lo que las organizaciones ecologistas califican como la peor crisis ambiental del planeta de este siglo. Las consecuencias en la población afectada, y la de especies animales cuyo hábitat tardará décadas en recuperarse, se consideran un “crimen contra la humanidad”. Los incendios en Indonesia no son nuevos, pero se calcula que 2015 ha sido el peor año desde que esta práctica empezó. 

Gran parte de estos incendios radica en la explotación de monocultivo, como viene pasando en otras zonas selváticas como Brasil, Perú o Colombia. Las plantaciones de aceite de palma han crecido exponencialmente en Indonesia a la par que los incendios. La biodiversidad que se está destruyendo en aras de tierras más rentables -pan de hoy y hambre de mañana- no encuentra un opositor de magnitud suficiente para enfrentarse al capital, más que las organizaciones ecologistas como Greenpeace. Es más: una de las empresas denunciadas por Greenpeace en este crimen ecológico, dedicada a la producción de papel, se presenta como un templo de sostenibilidad en su web. 

Los orangutanes no desaparecerán por el tráfico de bebés. Eso me temo tras conocer esta incómoda catástrofe ecológica en la que hay demasiados intereses económicos implicados como para que un organismo internacional pueda poner fin. Por eso, al ver a este pequeño orangután agarrando un micrófono, imaginé que si pudiera hablar, nos diría algo como: “¡Indonesia arde! Actuemos contra el genocidio financiero, nos están echando de nuestra casa. Por un consumo responsable, por favor difundid.”

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