THE OBJECTIVE
Jeronimo Jose Martin

Otra distopía juvenil

Esta vez, la acción se desarrolla en 2024, y sigue los pasos de Thomas, un adolescente que un día aparece en El Claro, un espacio boscoso rodeado por un cambiante laberinto de hormigón, dentro del cual habitan unos monstruos espeluznantes.

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Esta vez, la acción se desarrolla en 2024, y sigue los pasos de Thomas, un adolescente que un día aparece en El Claro, un espacio boscoso rodeado por un cambiante laberinto de hormigón, dentro del cual habitan unos monstruos espeluznantes.

En su famoso libro de 1516, Santo Tomás Moro denominó utopía a una ficticia sociedad idílica. A mediados del siglo XIX, el también londinense John Stuart Mill inventó su antónimo: distopía. Y ahora la literatura y el cine juveniles no hacen más que viajar a esas imaginarias sociedades catastróficas del futuro. Primero fue la vibrante saga de ‘Los Juegos del Hambre’; después, la entretenida ‘Divergente’ y sus continuaciones; y ahora se estrena ‘El corredor del laberinto’, adaptación del primer libro de la popular tetralogía literaria del estadounidense James Dashner, iniciada en 2009.

Esta vez, la acción se desarrolla en 2024, y sigue los pasos de Thomas, un adolescente que un día aparece en El Claro, un espacio boscoso rodeado por un cambiante laberinto de hormigón, dentro del cual habitan unos monstruos espeluznantes. En El Claro malviven otros chicos como él —todos varones y amnésicos—, que se han organizado de un modo primitivo pero eficaz. Thomas romperá la desquiciante rutina del lugar cuando desafía las normas establecidas e investiga el laberinto con un corredor, que lleva meses recorriéndolo y que lo conoce a la perfección.

En su debut como director de largometrajes, el técnico de efectos visuales estadounidense Wes Ball muestra grandes cualidades para la dirección de actores y despliega una tensa planificación, a través de la que logra mantener y acrecentar la malsana atmósfera del relato. Una fábula inquietante, con sugerentes elementos narrativos y de fondo cercanos a los de películas como Cube. El Show de Truman y El señor de las moscas, o de series televisivas como Perdidos. Así que la intriga, la acción y el drama —puntualmente violentos— se enriquecen con certeras reflexiones sobre la soledad del líder, el valor del trabajo en equipo, la solidaridad o la fragilidad de la naturaleza humana. Habrá continuación. Seguro.

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