
Tal como somos
“Amar –y amor significa también amistad y admiración– equivale a aceptar la debilidad del otro, a mirarnos tal como somos”

“Amar –y amor significa también amistad y admiración– equivale a aceptar la debilidad del otro, a mirarnos tal como somos”

“Ya hay un creciente mercado de esto que podríamos llamar la revancha de lo offline”

“Todos saldrían ganando con una abstención del PP que permitiera gobernar a Pedro Sánchez”

“Se ha normalizado que los parlamentarios se comporten como embajadores de sus respectivas regiones, ignorando el que debería ser su principal cometido: velar por interés general”

La pasada semana, la escritora Laura Freixas escribió un tuit en el que difundía unas líneas del último ensayo del filósofo político Manuel Arias Maldonado, editado en Anagrama. El texto del tuit, que a su vez acompañaba una foto con el párrafo del libro, decía así: “Juro que he empezado este libro sin prejuicios, con buena voluntad. He resistido 59 páginas (de argumentos sinuosos, tramposos, tirar la piedra y esconder la mano) y lo he dejado al llegar a este párrafo. No hará falta que lo comente, ¿verdad?”.

Afirma una estadística realizada en 2016 que un tercio de los británicos cree en la existencia de los ángeles. No sé cómo andará la cosa entre los españoles. El cómico escocés Billy Connolly habla en sus shows de un ángel de la guarda que le ayuda a aparcar el coche, algo que sostenía, con más veras que bromas, un exministro español. Así y todo, su presencia no es tan evidente para otros, que nos limitamos a desaprobar su incomparecencia igual que solo advertimos de las tuberías cuando fallan.

“Trump se considere inmune a las consecuencias que una guerra comercial puede tener sobre la economía nacional”

Se ha salvado una bola de partido, otra más, y parece que Europa se dispone de nuevo a hacer honor a su tradición de avanzar desde la agonía

La cosa es que Shackel detectó que mucha gente hoy defiende sus ideas (a menudo, inconsistentes ideas) justo del mismo modo que nuestros antepasados defendían sus motas castrales. Es un procedimiento que gusta en especial a los posmodernos, a ciertas feministas y a algunos teóricos “de género”.