THE OBJECTIVE
Manuel Aguilera

Pedos sin fronteras

La palabra emprendedor me crea una gran inquietud desde que hace algunos años se puso tan de moda. En realidad, en mi opinión, un emprendedor es sólo un empresario que ha cambiado la camisa y corbata por una camiseta.

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La palabra emprendedor me crea una gran inquietud desde que hace algunos años se puso tan de moda. En realidad, en mi opinión, un emprendedor es sólo un empresario que ha cambiado la camisa y corbata por una camiseta.

La palabra emprendedor me crea una gran inquietud desde que hace algunos años se puso tan de moda. En realidad, en mi opinión, un emprendedor es sólo un empresario que ha cambiado la camisa y corbata por una  camiseta. Al igual que somos tremendamente críticos con los hombres de negocio a la antigua usanza debemos empezar a ser lo con algunos modernos innovadores de ideas imposibles.

Lo digo porque a algún cerebro rompedor se le ha ocurrido un negocio basado en coleccionar pedos de todo el mundo. No se trata de emborracharse por los distintos países, grabarlo en video y subirlo a Youtube sino capturar en un bote de cristal ventosidades de traseros de ochenta distintas nacionalidades para venderlos por 8 euros.  El emprendimiento está en etapa de recolección de fondos en la web Kickstarter.

No es la primera iniciativa de este tipo sobre la que escucho hablar. Está el surrealista precedente del marqués de Leguineche, interpretado por Luis Escobar, en la película La Escopeta Nacional (1977), que fue un adelantado a su tiempo coleccionado “pelos de coño”  que guardaba cuidadosamente en frasquitos de cristal después de cortarlos cuidadosamente con unas tijeras, asombrado por las distintas frondosidades y bellezas de sus voluntarias. Luis García Berlanga se basó en la historia real de un aristócrata con estas aficiones para crear el personaje del marqués de Leguineche.

Qué pena que en aquella época no existiera el “crowdfunding” ni todavía se usara el término emprendedor, que suena mucho mejor que “noble decadente y pervertido”, en el caso del marqués, o “guarro estafador” en el del “envasador de cuescos multiculturales”.

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