THE OBJECTIVE
Daniel Ramirez Garcia-Mina

Podemos, la paradoja de nuestros deseos

Qué gran paradoja la de nuestros deseos. La propuesta económica de Podemos es el acontecimiento más esperado para una sociedad que tiene hueco en el estómago para todo menos para los programas electorales.

Opinión
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Qué gran paradoja la de nuestros deseos. La propuesta económica de Podemos es el acontecimiento más esperado para una sociedad que tiene hueco en el estómago para todo menos para los programas electorales.

Qué gran paradoja la de nuestros deseos. La propuesta económica de Podemos es el acontecimiento más esperado para una sociedad que tiene hueco en el estómago para todo menos para los programas electorales. Las medidas de los círculos morados se examinarán con lupa, incluso por los que nunca examinaron, mientras que las del resto, debido a una desconfianza fruto de la traición, quizá ni se tengan en cuenta. Qué diferencia de rasero… ¡No! La novedad y el impacto convierten a Podemos en noticia y, por eso, es analizada como tal, buscando los cinco porqués clásicos: quién, cómo, dónde, cuándo y por qué.

La sociedad está despierta. Las mesas de los restaurantes y las barras de los bares hablan de quitas de la deuda, rentas básicas, y política griega: increíble y al mismo tiempo apasionante. El ciudadano conoce de sobra el funcionamiento de las viejas organizaciones y cuestiona lo nuevo para contemplar si merece la pena. Un cambio abrupto y repentino del sistema merece, cuanto menos, la atención y la investigación del agente revolucionario.

El programa de las europeas, en forma de carta a los reyes magos, fue desechado con aquella excusa de que “Europa no es lo mismo que España”. Más tarde, el documento elaborado por dos prestigiosos economistas, Vicenç Navarro y Juan Torres, aportó una filosofía y un método de trabajo, pero olía a casta y a convencionalismo ya que no detallaba las medidas ni presentaba aspectos tangibles: “Establecimiento de un régimen de buenas prácticas y de ética bancaria”. ¿Cómo?

Podemos ha dejado de prometer el paraíso terrenal porque el ciudadano ha aprendido nociones básicas de economía con la crisis y ya no es tan fácil de engañar. “Engañar” implica una mala intención, ¿la tenían? O, ¿creían realmente en esas medidas? Thoreau escribió desde Walden que “quien trabaja continuamente con sus ideas nunca llegará a ser consciente de su ignorancia”. El político, tanto el de Podemos como el tradicional, repite sus ideas una y otra vez, sin poder ver más allá de sus lemas.

Los españoles están sentados a la mesa. Ya han tomado el aperitivo, pero el plato fuerte, el programa económico de Podemos, no ha llegado. El examen está a punto de comenzar. Las hojas del calendario caen, Andalucía está a la vuelta de la esquina, y el fin de año siempre llega antes de lo esperado.

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