THE OBJECTIVE
Manuel Aguilera

¿Por qué Orenga sí y Del Bosque no?

Hace poquitos meses que los futbolistas de La Roja salieron -no precisamente bailando samba- de un Mundial al que llegaron como favoritos. Tristemente, a pesar de los pronósticos, no pasamos de la primera ronda.

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¿Por qué Orenga sí y Del Bosque no?

Hace poquitos meses que los futbolistas de La Roja salieron -no precisamente bailando samba- de un Mundial al que llegaron como favoritos. Tristemente, a pesar de los pronósticos, no pasamos de la primera ronda.

Abrumado por el consenso periodístico y social (sobre todo media) acerca de lo positivo de la renuncia de Juan Antonio Orenga como seleccionador español de baloncesto, no pude evitar, en mi condición de expatriado -que intenta ver las cosas con distancia y mesura- acordarme de otro reciente fracaso protagonizado por otros deportistas del mismo país en tierras brasileñas.

Hace poquitos meses que los futbolistas de La Roja salieron -no precisamente bailando samba- de un Mundial al que llegaron como favoritos. Tristemente, a pesar de los pronósticos, no pasamos de la primera ronda y tanto Holanda como Chile nos dieron un buen repaso. En aquellos momentos, las bofetadas mediáticas, si mal no recuerdo, se las llevaron los jugadores mientras que el entrenador, Vicente del Bosque, quedaba para casi todos exento de toda responsabilidad. Se creó además un cerco de seguridad alrededor de Del Bosque en el que si deslizabas la menor crítica a su gestión como seleccionador del equipo y responsable del esquema de juego, te caían a golpes verbales bajo el argumento de que era la mejor generación de jugadores de la historia y el mejor entrenador que nos habían llevado a ganar un Mundial y una Eurocopa consecutiva (más otra Eurocopa con Luis Aragonés en el banquillo).

Sin querer entra en polémicas y totalmente de acuerdo con que la única salida digna de Orenga era dimitir, escribí en mi cuenta de Twitter la frase que sirve como título de este post. De nuevo, la reacción fue unánime. A del Bosque se le excusaba por su currículum, a Orenga no. Es decir, ganar dos campeonatos consecutivos (lo cual tiene un mérito tremendo) exime al entrenador de turno, sea el deporte que sea, en futuros errores a la hora de elegir jugadores y plantear estrategias.

Así que Del Bosque deberá seguir siendo seleccionador hasta que él lo decida porque ganó brillantemente un Mundial y una Eurocopa consecutivas. Me imagino que por esa misma lógica, Casillas sigue siendo el portero de la selección. Su pasado y su hoja de vida les avalan. No me convencen. Para mí, Orenga sí pero Del Bosque también.

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