THE OBJECTIVE
Marta Garcia Bruno

¿Qué le lanzarías a un político?

Si fuera presidente del Gobierno abriría mi despacho todas las mañanas durante dos horas a los ciudadanos que quisieran para que me contaran sus problemas. Las anotaría con sumo cuidado y las llevaría después al resto de mi equipo de Gobierno para votarlas. Suena bien la idea, ¿a que sí?

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¿Qué le lanzarías a un político?

Si fuera presidente del Gobierno abriría mi despacho todas las mañanas durante dos horas a los ciudadanos que quisieran para que me contaran sus problemas. Las anotaría con sumo cuidado y las llevaría después al resto de mi equipo de Gobierno para votarlas. Suena bien la idea, ¿a que sí?

La pregunta suena agresiva. Fuerte. Llena de odio para algunos. Para otros repleta de desesperación. Pero no tiene por qué serlo. Hay formas y formas. Puedes tirar billetes, lanzar confeti. O una pregunta.

No entiendo por qué dejaron de emitir ese programa en el que un ciudadano normal y corriente le preguntaba al presidente del Gobierno por lo que le pareciera más importante. Pero después de meditarlo un poco, no demasiado, caigo en la cuenta. Ese espacio televisivo también dejó en evidencia a los mismos que nos representan. Ni saben comunicar, ni lo que vale un café en cualquier bar. Qué mejor que eliminarlo entonces.

Si fuera presidente del Gobierno abriría mi despacho todas las mañanas durante dos horas a los ciudadanos que quisieran para que me contaran sus problemas. Las anotaría con sumo cuidado y las llevaría después al resto de mi equipo de Gobierno para votarlas. Suena bien la idea, ¿a que sí? No sé si será tan fácil. No lo será si se ha puesto de moda hacer performances delante de los líderes en plena rueda de prensa para reivindicar acciones y peticiones.

Resulta divertido, curioso, y un completo estudio sociológico analizar los comentarios de una noticia sobre uno de estos “asaltos” a los políticos.

El revolucionario: “Este hombre es mi héroe”. Le encantaría hacer lo mismo. Pero ya sabe lo que le puede pasar.

El irónico: “Ya que eran falsos, haberlos tirado de 100 dólares, que le hubieran resultado más familiares”. Le encantaría poder tenerlos él.

La conclusión: “hay que hacer limpieza en la fifa”. Es lo que pretendía el cómico.

La diferencia entre este último “evento” y el lanzamiento de confeti a Mario Draghi es que el primero es obra y gracia del cómico Lee Nelson.

«Disculpen, pero debemos limpiar la sala antes de que pueda hablarles. Esto no tiene nada que ver con el fútbol. Volveré en unos minutos». Dijo Blatter. Es el verde de la enfermedad del dinero el que sobrevuela su cabeza. “Soy una cabra montesa que sigue hacia delante”. Metáforas de la corrupción. Y eso que empezó vendiendo fruta.

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