Que los ricos también lloren

Estamos viviendo con cierto asombro, la crisis de una de las empresas más importantes de la economía europea. EL caso VW AG. La lucha de poder entre varias familias accionistas, como de costumbre hacen que paguen justos por pecadores.

Estamos viviendo con cierto asombro, la crisis de una de las empresas más importantes de la economía europea. EL caso VW AG. La lucha de poder entre varias familias accionistas, como de costumbre hacen que paguen justos por pecadores. Accionistas minoritarios y clientes salen perdiendo. A los Piech y a los Porsche les da lo mismo. Ellos siguen con sus batallitas, con el amigo Piech que podría ser un perfecto musulmán, por la cantidad de mujeres/familias que tiene que mantener, siempre a costa de los demás.

El escándalo, de dimensiones que transcienden a la mera hoja de Excel de los “grandes analistas financieros”, supone un quebranto a la confianza en todo lo que es alemán. Hasta la fecha, la UE está viviendo el tercer Reich que impone la Sra Merkel en todas las decisiones que afectan a los socios europeos. Me da igual que hablemos de los refugiados, que del problema griego, que de la troika, que de las decisiones del BCE. Los alemanes siempre como una apisonadora han impuesto su parecer.

Parece que con el caso Volkswagen, si aplican su propia medicina a una empresa con una participación pública del 20%, tienen un grave problema, no sólo interno, sino con sus propios socios europeos y con los EEUU. La crisis de esta empresa afecta también a miles de familias que trabajan directa o indirectamente para el conglomerado alemán. En España, para esa Cataluña “independiente” sería un mazazo social importante, después de todas las ayudas que han recibido. Que lo devuelvan todo.

Dicha responsabilidad trasciende a la mera crisis financiera del grupo. Alemania va a tener que actuar a la americana, desnudando públicamente todos los líos, de faldas, de luchas internas, de falta de control y de deshonestidad que vienen cometiendo los dos bandos de la gestión del grupo alemán. No podrán exigir a los demás lo que ellos mismos no hacen.

Suiza, país innoble para todo (refugio seguro de más de una fortuna inadecuada) ha sido el primer país que ha prohibido la comercialización de VW. Son cuatro y el del tambor, desde un punto de vista económico no afecta mucho, pero para esto ni han necesitado un referéndum y puede tener transcendencia. Si todos los países hacen lo mismo, la que se avecina es importante.

El único consuelo es que Alemania no es España y se producen dimisiones. Vamos a ver si también vemos a alguno de los responsables en la cárcel, porque de vez en cuando es bueno que los “ricos también lloren”.