THE OBJECTIVE
Álvaro del Castaño

SAFUDESI

«Todos dábamos por hecho que la irrupción de las emociones en la política era el nuevo sistema. Ayuso por el contrario ha provocado una evolución, pasando de la práctica de las emociones a la de las causas concretas envueltas en un inteligente romanticismo»

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SAFUDESI

Mariscal | EFE

Perdónenme queridos lectores si he tardado unos meses en escribir sobre la victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones madrileñas. Utilizando términos del mundo del arte, diría que no me gusta escribir de la «actualidad contemporánea» sino solamente de la «actualidad moderna», porque el poso aporta y la urgencia mata. Además, no quería abordar el tema desde un ángulo ideológico, porque lo verdaderamente interesante en este caso ha sido la raíz de su extraordinaria victoria: la candidata del partido popular realizó un monumental SAFUDESI.
Siguiendo las pautas de los buzzwords norteamericanos, y realizando un peligroso americanismo, me he plantado con este título tan sugerente, cuyo objetivo es llamar su atención, querido lector. Me ha salido un ‘palabro’ malsonante pero que puede que cuaje como palabra pegadiza para describir lo que explico a continuación (recuerde que lo leyó primero en las páginas de The Objective).

«Saltar Fuera Del Sistema», ese el origen del acrónimo que acabo de acuñar para la lengua española, cogiendo las dos primeras letras de cada palabra. Pero, tras mi minuto de gloria, tengo que reconocer que no tengo ningún mérito, puesto que solo he realizado una simple traducción del término americano Joots (Jump Out OThe System) creado por el profesor de ciencias cognitivas y física Douglas Hofstadter. El término en cuestión tiene todavía más sentido si uno busca las conclusiones que desarrolló más adelante, el filósofo Daniel C. Dennet en su libro Intuition Pumps and Other Tools for Thinking, un originalísimo escrito que nos proporciona un anárquico instrumental para pensar creativamente, ofreciéndonos un saco de trucos para conseguir desarrollar nuestras habilidades críticas y racionales. La base del fenómeno SAFUDESI solo funciona si se conocen bien las reglas que componen la tradición que se quiere romper. Así se desarrolló un sistema o arte de la creatividad en las ciencias, la cultura y la filosofía. Hoy sin embargo, quiero aplicar esta idea a la necesaria creatividad en política.
Volviendo al ejemplo concreto de la exitosa candidata IDA, sabemos que su experimentado asesor MAR es un perfecto conocedor del sistema en el que los políticos se mueven, lo que, como hemos visto gracias a Daniel C. Bennet es esencial para poder llevar adelante con éxito el SAFUDESI. El punto de partida de este arte es que para poder saltarte el sistema hay que conocer a la perfección las reglas que lo componen. Para hacer una revolución hay que saber cuál es la tradición contra la que te rebelas. En la mayoría de los casos de éxito de este proceso, la creatividad surge de un sesudo estudio de la realidad. Existe también el caso de generación de espontaneidad creativa desde la ignorancia del sistema o un golpe de suerte. Pero Picasso (y perdonen la comparación es solo a efectos ilustrativos), antes de impulsar el cubismo fue maestro que dominaba la técnica tradicional. Para poder hacer explotar el sistema tradicional de la política había que encontrar una regla inamovible y cierta, que nadie ponía en duda y romperla en pedazos a base de SAFUDESI:

-«La izquierda, y el cinturón rojo de Madrid nunca pueden votar a la derecha»: Ayuso arrasó en todos los tradicionales feudos socialistas del «cinturón rojo» madrileño (Aguirre también arrasó en esos barrios, lo que demuestra que en elecciones locales y autonómicas el SAFUDESI puede estar por encima del partido o color).

-«Los jóvenes votan siempre a la izquierda»: el 70% de los nuevos votantes lo han hecho a partidos de derechas.

La clave de Ayuso, en mi opinión, no fue centrarse en las derechas o las izquierdas, sino en ideas muy concretas y muy prácticas que pudieran conducir a los votantes socialistas desencantados con el sanchismo a desideologizar su voto. Ha sido también un ejemplo de que la buena gestión se premia (equipo veterano, cualificado y experimentado) y que es esencial comunicar muy bien. Ayuso fue a lo útil, a lo concreto, abandonando la política purista de las emociones, aquella nueva realidad que había desbancado recientemente a la razón. «El corazón tiene razones que la razón ignora», señalaba en el siglo XVII Blaise Pascal. Todos dábamos por hecho que la irrupción de las emociones en la política era el nuevo sistema. Ayuso por el contrario ha provocado una evolución, pasando de la práctica de las emociones a la de las causas concretas envueltas en un inteligente romanticismo: «libertad para trabajar, ser madrileño de Cataluña o de Venezuela, construir un hospital para salvar vidas».
La presidenta tenía que encontrar su hueco propio en la política madrileña, saliéndose de la sombra alargada y poco exitosa (hasta el momento) del aparato del Partido Popular. Para ganar en Madrid, no valía solo con dar el golpe con el órdago de las elecciones para atraerse a los votantes de Cs descontentos con la anárquica política del partido naranja, o recuperar a los menos  voxistas entre los votantes de VOX que habían abandonado al PP por despecho al sorayismo. Tenía que llevar a cabo una estrategia que engrandeciera su base de votantes, despolitizara su mensaje y la hiciese «comestible» para los desganados de la izquierda. Alea jacta est.
Ayuso ha conseguido una revolución política en España de cuyo alcance aun es pronto determinar. Fue sujeto de tres artículos casi consecutivos en el Financial Times tras su innegable éxito en las urnas. Es ejemplo de que los grandes partidos en Europa, conservadores y socialdemócratas, tienen futuro si encuentra la conexión real con los votantes. El sanchismo se encuentra muy lejos en la actualidad de este espacio místico de comunión con sus votantes. Ella tiene ahora dos años para consolidar el ayusismo y renovar el apoyo de sus votantes. Puede consolidarse o desvanecerse. Tiene que mantener viva la llama del SAFUDESI o flaquear. Saco esto a colación porque ella no ha sido la precursora de la utilización de este sistema de romper con los moldes en política. En España existe el caso reciente de Podemos que consiguió 79 diputados en su momento más álgido, algo increíble para un partido comunista que apoyaba el chavismo. Ellos rompieron todas las reglas:

-«La clase media-alta con estudios superiores no puede votar a un partido comunista y chavista que le llevaría a la ruina económica».

-«Un partido no puede tener éxito sin una estructura de base nacional».

-«Unos perroflautas no pueden llegar al gobierno de la nación».

Podemos capitalizó el descontento del 15M, saliendo de la nada, pero fue un experimento creado por expertos politólogos conocedores del sistema. Pocos años después el fenómeno se ha disuelto como un azucarillo en las aguas de la política nacional.
Ayuso tiene un gran reto por delante. Puede acabar como Podemos, cortándose la coleta, o ser el catalizador que instale a su presidente nacional en la Moncloa. Parafraseando al filosofo Matshona Dhilwayo, pensar fuera del sistema te permite conseguir premios muy alejados de tu alcance. El tiempo dirá si el premio recibido en estas elecciones por Ayuso es temporal o puede aún capitalizarlo para el futuro.
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