THE OBJECTIVE
Javi Dale

Semillas que germinaron

Aquellos jóvenes de hace dos décadas no nacieron pa’ semilla pero fueron fertilizante y principio, regado con el valor de los dignos que resistieron, de los que sí nacieron para serlo. Medellín se llena de flores. Las semillas han germinado.

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Semillas que germinaron

Aquellos jóvenes de hace dos décadas no nacieron pa’ semilla pero fueron fertilizante y principio, regado con el valor de los dignos que resistieron, de los que sí nacieron para serlo. Medellín se llena de flores. Las semillas han germinado.

Aquel niño moldeaba la madera como si fuera barro. Tenía un talento extraordinario para la escultura y la ebanistería. Su problema, como el de tantos otros de su generación, de su país, eran sus referencias. Nunca moldeó la belleza. Desde luego, jamás pensó en esculpir, con magia y precisión, una flor. La muestra de su genio era a su vez el testimonio de su desgracia. Aquel niño había tallado en madera una réplica perfecta de una mini uzi, el arma común de los narcotraficantes de Medellín.

‘No nacimos pa’ semilla’, libro publicado en los primeros noventa por el periodista colombiano Alonso Salazar, tiene como subtítulo ‘La cultura de las bandas juveniles en Medellín’ y retrata lo que hace dos décadas era cotidiano en la ciudad de Pablo Escobar. La de los cárteles y los ‘narcos’, la de la violencia extrema. Aquella ciudad en la que una vida valía poco, tal vez nada, y en la que cualquier niño, como éste del que les hablaba – no es ficción, sino retrato-, sabía matar. Porque matar era la única manera de salir adelante. “Viven una cotidianidad cargada de muerte -escribió Salazar-. Cuando un joven se vincula a la estructura del sicariato sabe que su vida será corta”.

Balas por pesos. Plomo por plata.

Hoy, los niños que no germinaron son excepción y no norma. Tras rebelarse contra lo injusto -no hubo más héroes que los colombianos que se atrevieron a cambiar su país- Medellín se ha dado la vuelta. Hoy es la ciudad de las flores, y no la de los féretros. Aquellos jóvenes de hace dos décadas no nacieron pa’ semilla pero fueron fertilizante y principio, regado con el valor de los dignos que resistieron, de los que sí nacieron para serlo.

Medellín se llena de flores. Las semillas han germinado.

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