THE OBJECTIVE
Ignacio Alvarez-Ossorio

Sin futuro en Gaza

La Franja de Gaza es una cárcel a cielo abierto. Las autoridades israelíes mantienen desde hace años un bloqueo aéreo, marítimo y terrestre sobre este pequeño enclave costero mediterráneo

Opinión
Comentarios
Sin futuro en Gaza

La Franja de Gaza es una cárcel a cielo abierto. Las autoridades israelíes mantienen desde hace años un bloqueo aéreo, marítimo y terrestre sobre este pequeño enclave costero mediterráneo

La Franja de Gaza es una cárcel a cielo abierto. Las autoridades israelíes mantienen desde hace años un bloqueo aéreo, marítimo y terrestre sobre este pequeño enclave costero mediterráneo que apenas tiene 360 kilómetros cuadrados y acoge a más de millón y medio de palestinos. Los túneles que la conectan con Egipto le dan respiración asistida. Por ellos entra tabaco, cemento o galletas, todos ellos considerados artículos de lujo por Israel, la potencia ocupante.

Gaza cuenta con una de las mayores densidades demográficas del mundo. Dos tercios de sus habitantes son refugiados que en 1948 fueron expulsados de sus hogares. Su tragedia no terminó ahí. En 2007, unos meses después de la victoria electoral de Hamas, Israel declaró a la franja como ‘entidad hostil’ interrupiendo el suministro de gas, electricidad y agua. Desde entonces, las organizaciones humanitarias que operan sobre el terreno no han dejado de denunciar que las sanciones representan una violación del Derecho Internacional Humanitario y que dicho bloqueo constituye un castigo colectivo contra hombres, mujeres y niños.

Como resultado de estas políticas, la economía de la franja ha sido reducida a cenizas y la mayor parte de sus empresas se han visto obligadas a cerrar sus puertas ante la imposibilidad de importar materias primas o exportar sus productos. Hoy en día, cuatro de cada cinco de sus habitantes vive por debajo del umbral de la pobreza y, por consiguiente, depende exclusivamente de la ayuda que les proporciona la UNRWA –la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos–, todo ello a pesar de que la Cuarta Convención de Ginebra establece que la potencia ocupante debe garantizar la sanidad, la educación y la alimentación para la población ocupada. Esta política de estrangulamiento pretende, en último término, convertir el problema nacional palestino en uno meramente humanitario. ¿Lo lograrán con la silente complicidad de la comunidad internacional?

 

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D