THE OBJECTIVE
Melchor Miralles

Soluciones inaceptables

La imagen de Johan Nilsson muestra a tres jóvenes caminando de noche, con sus mochilas al hombro, junto a un policía, con otros cuatro agentes al fondo en una estación sueca. No sabemos si van custodiados o son sospechosos de algo. Sí sabemos que en la localidad sueca de Ostersund, de 45.000 habitantes, la policía ha solicitado a las mujeres que no salgan solas de noche, tras una oleada de ataques sexuales violentos protagonizados “por extranjeros”. Dicen que nunca han visto nada igual en el lugar. Y añaden que los ataques se están incrementando, los agresores van en grupos “de hasta tres hombres” y ninguno de los autores estaba borracho.

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Soluciones inaceptables

La imagen de Johan Nilsson muestra a tres jóvenes caminando de noche, con sus mochilas al hombro, junto a un policía, con otros cuatro agentes al fondo en una estación sueca. No sabemos si van custodiados o son sospechosos de algo. Sí sabemos que en la localidad sueca de Ostersund, de 45.000 habitantes, la policía ha solicitado a las mujeres que no salgan solas de noche, tras una oleada de ataques sexuales violentos protagonizados “por extranjeros”. Dicen que nunca han visto nada igual en el lugar. Y añaden que los ataques se están incrementando, los agresores van en grupos “de hasta tres hombres” y ninguno de los autores estaba borracho.

La población ha recibido con temor la advertencia y el consejo, mientras la alcaldía dice que “quedarse en casa no puede ser la solución”. Y tienen razón. Es una solución inaceptable. Es responsabilidad de la policía garantizar la seguridad de los ciudadanos en las calles y plantear esa salida es como dimitir de sus obligaciones.

En Suecia la violencia contra la mujer, como en muchos otros países, no es cosa de hoy, sino tradición de muchos años. Es uno de los países con más elevados índices de maltrato, aunque no todos se denuncian. Y no solo los maltratadores son extranjeros. Es más, la mayoría son suecos.

No he estado jamás en Ostersund. No voy a negar que los agresores de este último mes sean extranjeros. Pero es evidente que si la policía solo encuentra como solución al problema reclamar del personal femenino que se quede en casa para evitarlo tienen un problema serio. En cualquier país el monopolio de la violencia lo tiene el estado, y corresponde a la policía garantizar adecuadamente a los ciudadanos el poder circular libremente por las calles a cualquier hora. Para eso pagan sus impuestos. Este toque de queda machista me parece insólito.

Y escrito esto, hay un problema de violencia sexual latente en Europa que merece una reflexión seria, serena y a fondo. Todo tiene un por qué, y para resolver un problema hay que diagnosticarlo previamente de modo adecuado. Debemos hacerlo los ciudadanos y deben hacerlo las autoridades. En su mayoría las víctimas son mujeres y niños. No podemos permanecer impasibles. Ni proponer soluciones inadmisibles por parte de las autoridades.

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