Te sigo, pobreza. Te vigilo. Te disparo...

Ponemos cerraduras y colocamos concertinas para mantenernos a salvo de lo que viene. Qué poca memoria está teniendo Europa con los refugiados, ¿no creen?

 

…Te aislo,
te cerceno las uñas,
te rompo
los dientes que te quedan…

Es Neruda. Escribió esta oda sobre las penurias que padeció en su niñez. Las que siguió sufriendo en su adolescencia y de las que tampoco se pudo librar siendo adulto. Enfermedades, guerras, perseguido siempre por sus calamidades y la pobreza. Obras como la “Oda a la Pobreza” siguen más vivas que nunca. Son el retrato del hombre del siglo XXI. Lo que nos toca vivir. Bueno, lo que les ha tocado vivir a los que huyen. Nosotros seguimos atrincherados. Nos refugiamos (paradójico) para que no nos arrebaten nuestras riquezas. Ponemos cerraduras y colocamos concertinas para mantenernos a salvo de lo que viene. Qué poca memoria está teniendo Europa con los refugiados, ¿no creen?

Afortunadamente hay gente que se moviliza. Acuden en auxilio de quienes podríamos ser perfectamente nosotros. ¡Qué equivocados vivimos! Media Europa cierra fronteras. Los escandinavos, modernos ellos, deben temer por la pureza de la raza. La gente del este todavía no se acuerda de cómo estaban hace 10 años. Y nosotros a base de collejas pues vamos abriendo la mano. De las monarquías del Golfo Pérsico no hablemos. Mejor no.

¡Hay que vengarse de la pobreza! Es como sigue narrando el maestro Neruda en la segunda parte del poema. Don Pablo canta sus planes de cómo hacerla fracasar.

Yo con otros,
con otros, muchos otros,
te vamos expulsando
de la tierra a la luna
para que allí te quedes
fría y encarcelada
mirando con un ojo
el pan y los racimos
que cubrirá la tierra
de mañana.

Un recordatorio a Petra Laszlo, reportera húngara conocida por jugar al fútbol con un padre y un hijo que corrían huyendo de la guerra, torturados por Assad y escapando del ISIS.
Como dije en Twitter no representa a la profesión. No le mostréis asco. Hay que despedirla, juzgarla y condenarla pero no como periodista. Como ser humano.