THE OBJECTIVE
Felipe Passolas

Túnez y el terrorismo en el mediterráneo

Aun no he oído ninguna preocupación política sobre el rol de España en la comunidad internacional a la hora de afrontar estos conflictos bélicos. Hay el mismo desequilibrio en la prensa que en la política a la hora de cubrir la realidad de los conflictos armados.

Opinión
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Aun no he oído ninguna preocupación política sobre el rol de España en la comunidad internacional a la hora de afrontar estos conflictos bélicos. Hay el mismo desequilibrio en la prensa que en la política a la hora de cubrir la realidad de los conflictos armados.

Pocas reflexiones sobre la escena internacional en un año de muchas elecciones en España. Bastantes reuniones del Eurogrupo, preocupaciones por la troika y la rebeldía griega pero me da la sensación que el problema del terrorismo internacional sigue siendo un problema de segundo orden, un problema que nos creemos  que aún nos queda lejos. 

A pocas semanas de las detenciones de los españoles que combatieron en Ucrania y de los yihadistas que reclutan mártires en nuestro país, aun no he oído ninguna preocupación política sobre el rol de España en la comunidad internacional a la hora de afrontar estos conflictos bélicos. Hay el mismo desequilibrio en la prensa que en la política a la hora de cubrir la realidad de los conflictos armados. 

No hay nada más local en España que la inmigración en nuestra frontera sur, una inmigración que no es nueva pero que, por supuesto, se incrementa por la inestabilidad de muchas zonas en conflicto. El estrecho es una de las puertas de entrada a Europa y es de vital importancia que adoptemos medidas para paliar la situación al igual que nuestros vecinos italianos deberían de hacerlo. El terrorismo internacional también nos afecta localmente. 

Lo mismo que el atentado en el Museo del Bardo, en Túnez, beneficiara a las costas españolas absorbiendo el turismo que nos elegirá como destino de ocio en lugar de visitar las costas del país africano, este atentado convierte al Mediterráneo en una clara zona de actuación del Estado Islámico. Hace unas semanas el gobierno egipcio desplegaba sus fuerzas aéreas para bombardear y castigar la ciudad de Derna, filial del Estado Islámico en Libia. Tampoco olvido a  Hervé Goudel, el turista francés decapitado en Argelia por terroristas de Jund Al-Khilafa, grupo que jura fidelidad al Estado Islámico. 

Parece que el Estado Islámico cumple sus amenazas poco a poco, aunque de forma puntual. Con los atentados confirma su presencia a los medios en todo el Magreb y se convierte en un grupo terrorista que acampa a nuestras puertas. Obviamente, nuestros políticos deben atender las necesidades del pueblo que pretenden gobernar pero tampoco deben permanecer ajenos a la realidad exterior que nos rodea, un poco de equilibrio sería algo más coherente. Es el mismo equilibrio que le pido a los medios cada vez que veo la parrilla de programación en televisión. 

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