THE OBJECTIVE
Aloma Rodríguez

Un verano de divorcios

«Me pregunto si no entendemos el fin de la pareja como un fracaso personal, y puede que eso añada un plus de frustración a las separaciones»

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Un verano de divorcios

Lefteris Pitarakis | AP

Uno de los daños colaterales de la pandemia de la Covid-19 ha sido el aumento de divorcios, al menos, en algunas regiones. Parece ser que el confinamiento y la convivencia ininterrumpida puede deteriorar más rápidamente las parejas –quién lo hubiera dicho–. Aunque el encierro también ha precipitado la formación y hasta la consolidación de parejas.

La escritora Rachel Cusk contó su divorcio en un libro que apareció hace unos meses, Despojos. Entre otras cosas (Jorge Freire escribió del libro aquí), Cusk cuenta que después del divorcio se abre una nueva realidad, y leído ahora es imposible no pensar en la nueva normalidad que tratamos de conquistar y que no termina de ser ni nueva ni normal. «‘La nueva realidad’ era una expresión que oía a todas horas. La gente la empleaba para describir mi situación, como si en cierto modo representara un avance. Pero la verdad es que era una regresión: la vida había metido la marcha atrás».

Los Maple (Alba, 2020) es una novela en marcha que sigue las idas y venidas de la pareja que da título al volumen a lo largo de varias décadas. John Updike comenzó a escribir estos cuentos, que fue publicando en The New Yorker, en 1956 y, con saltos temporales, continuó hasta 1980. El matrimonio cambia, se transforma, se adapta y se resiste a separarse. En el primer cuento, estrenan casa, en el último, ya divorciados, se convierten en abuelos. Entre tanto tienen cuatro hijos, coquetean con otros, discuten y duermen en camas separadas en un hotel de Roma, aunque no se sabe si la decisión es suya o ha sido un error del hotel. Los cuentos tienen de todo: desde el principio hay algo desencantado, tienen algo triste y hay mucho humor, también ternura y una capacidad extraordinaria para retratar la ambivalencia de los sentimientos y la complejidad de la pareja.

No sé si en España aumentará este verano la cifra de divorcios –es difícil de saber, los juzgados van con retraso–. Me pregunto si no entendemos el fin de la pareja como un fracaso personal, y puede que eso añada un plus de frustración a las separaciones. En el prólogo al volumen que reúne los cuentos de los Maple, Updike escribió: «Que termine un matrimonio no es ni mucho menos ideal; pero todo lo que hay bajo el cielo acaba, y si vivimos la temporalidad como algo incapacitante, entonces nada verdadero prospera. La moraleja de estos cuentos es que todas las monedas tienen dos caras». Por cierto, Updike se separó en 1974.

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