Vergüenza torera

Los amigos orientales se han vuelto a adelantar. Han decidido ante casos parecidos prohibir a sus diputados usar sus móviles para enviar mensajes o jugar durante las deliberaciones.

Deberíamos copiar, esta vez, como los chinos. Pero lo bueno. No la “merdé”, que diría la Esteban.

Resulta que la Vicepresidenta del Congreso juega al ‘Candy Crash’ en pleno Debate del Estado de la Nación. Mariano Rajoy, nuestro Presidente, hablaba en Tribuna. Y aquí no ha pasado nada, nada, de nada… Nuestras cortes son poco dadas a poner penitencias. Los amigos orientales se han vuelto a adelantar. Han decidido ante casos parecidos prohibir a sus diputados usar sus móviles para enviar mensajes o jugar durante las deliberaciones.

No le voy a echar toda la culpa a la Vicepresidenta del revuelo formado en España. Esa falta de formas han perdido a más de una señoría y la prensa ha hecho lo demás. Ser testigos de situaciones grotescas. No hay que ahorcar a nadie a pesar de que todavía no he escuchado las disculpas públicas de un cargo tan importante como la Vicepresidenta del Congreso ante sus ciudadanos. Eso sí. Mis respetos para usted vayan por delante, Sra. Vicepresidenta.

China nos adelanta hasta en buena conducta porque tienen vergüenza. Lo que Rosendo decía en una de sus canciones, “Vergüenza Torera”:

“Albero rendido al sol, eterno folletín

?Podemos decir que no, pero va a ser que sí?

Montan la barraca y venga tiroriro?

Y toma traca y daca y luego yo no he sido, ¡claro!”…

Es muy español esto. Cuando nadie te ve… pues eso. Si no te ven como si no hubiera ocurrido. La cuestión es que sí te han visto. Hay que ser más cuidadoso. Es un momento de emergencia ideológica. Dramático para muchas personas a nivel anímico y económico. Un momento en el que la calle reclama derechos perdidos y representantes que den ejemplo en todo momento.

Sé que representar al ciudadano tiene sus contras. De los “pros” no hablamos. Pelear hasta la extenuación por tu pueblo. Hacer lo que prometes y mantener una cierta compostura. Es lo que nos exigen a todos en nuestros respectivos trabajos. Reconozco que, a diferencia de la Vicepresidenta, no estoy auditado constantemente por las cámaras ni la opinión pública. 

Pero el ‘Candi Crash’ hay que dejarlo para casa. ¡Espera! Me ha entrado un mensaje por Facebook. ¡Ups! Espero que alguien no se haya quedado sin vidas…