Vivir del selfie
La revolución digital y el uso de las redes sociales han servido y sirven para transformar muchas y diferentes realidades.
La revolución digital y el uso de las redes sociales han servido y sirven para transformar muchas y diferentes realidades.
La revolución digital y el uso de las redes sociales han servido y sirven para transformar muchas y diferentes realidades.
Es evidente que la tecnología informática abrió un amplio abanico de posibilidades, casi infinito. Hoy en día, prácticamente todo lo que se puede imaginar está inventado y desarrollado y, si no lo está, se inventa de inmediato por los genios de la programación.
Como sucede con todas las revoluciones tecnológicas, también en la del ámbito informático y, concretamente, en el mundo de las redes sociales, existen ventajas y grandes oportunidades pero, también, algunos riesgos y prevenciones a tener en cuenta.
En mi columna de la pasada semana, en este mismo medio, titulé: «Morir de ego» y me hacía eco sobre los peligrosos hábitos de algunos jóvenes y no tan jóvenes, consistentes en hacerse auto retratos fotográficos en espacios y lugares extremos (suspendidos desde pronunciados precipicios, cornisas de edificios, etc.) Las consecuencias de esta nueva fórmula de diversión, han dejado ya algunas muertes. Personas que se dejaron la vida por querer inmortalizar un instante de su vida. Un triste y paradójico final.
Hoy, traigo aquí la otra cara de la moneda del ya muy conocido termino anglosajón, selfie.
La chica que aparece en esta fotografía es una joven australiana, llamada Gabrielle Epstein, tiene solo 21 años y es toda una adicta a subir sus autorretratos a las diferentes redes sociales, como Instagram o Facebook, en las que cuenta con más de 700 mil seguidores. Ella misma ha asegurado: «Gano más con un selfie que con cuatro días de trabajo»
Como pueden imaginar en este caso, el uso de las redes, aparentemente, no pone en riesgo la vida de esta joven o de quienes, como ella, hagan lo propio para conseguir fama y dinero.
Ahora bien, a largo plazo, sí podría traer consecuencias negativas. El hecho de no valorar cosas tan necesarias en la vida como el esfuerzo y el trabajo, siempre es un riesgo.
Sin duda, ese tipo de fama puede reportar grandes beneficios económicos en el corto plazo, pero lo que no se consigue mediante esfuerzo y trabajo suele ser efímero y, a muchos, también les ha llevado a su autodestrucción. Cuidado.
