THE OBJECTIVE
Carlos Esteban

… Y Johnny cogió su consola

Como la de indultar un pavo por Navidad, anunciar el bombardeo de Irak parece haberse convertido ya en una tradición presidencial en Estados Unidos. Lo han hecho los últimos cuatro presidentes; Obama no podía ser menos.

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… Y Johnny cogió su consola

Como la de indultar un pavo por Navidad, anunciar el bombardeo de Irak parece haberse convertido ya en una tradición presidencial en Estados Unidos. Lo han hecho los últimos cuatro presidentes; Obama no podía ser menos.

Como la de indultar un pavo por Navidad, anunciar el bombardeo de Irak parece haberse convertido ya en una tradición presidencial en Estados Unidos. Lo han hecho los últimos cuatro presidentes; Obama no podía ser menos.

El Califato ha respondido cortando la cabeza de un cooperante británico, si nos queremos creer que el último estreno en Youtube de los radicales es de ahora, y el impresionable público occidental ha respondido en las redes sociales como se espera de este colectivo niño hiperactivo, pidiendo, literalmente, guerra. Y es que los tuiteros hacen buena la frase de Stalin y ven tragedias -lo son- en el goteo escenificado y teatral de las decapitaciones y mera estadística en la anónima muerte mayorista de los bombardeos.

Volvemos a estar en guerra, ¿no? Al menos, nuestro ‘primo de Zumosol’, Estados Unidos.

Bueno, relativamente. No estamos en guerra como nuestros abuelos entendían ‘estar en guerra’. No hay riesgo de racionamiento, ni de mandar a nuestros hijos a miles de kilómetros para que vuelvan en una caja de pino, impedidos para siempre, con daños cerebrales o sin cara, revolviéndose cada noche en pesadillas recurrentes; ni de dedicar unas horitas después del trabajo a labores de Defensa Civil, ni de que los que quedan en casa vayan a las fábricas de municiones, ni de sobresaltarse con el sonido chirriante de las sirenas anunciando bombardeos, ni del temor a una invasión o a no encontrar un refugio antiaéreo a tiempo.

No, son guerras más parecidas a un videojuego, donde los muertos no son demasiado reales porque no se ven ni les conocemos de nada y en el que la peor ‘derrota’ no supondrá una humillante rendición ni la entrada de las hordas en nuestras ciudades matando ancianos y violando mujeres.

Lo leía hace unos días en Internet, precisamente: “América no está en guerra. El Cuerpo de Marines está en guerra. América está en el centro comercial”.

Guerra. Claro. Los halcones de sofá y Twitter van a la guerra armados con un iPhone…

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