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Sánchez sí avisó a algunos aliados europeos pero no a Podemos de su bandazo en el Sáhara 

Fuentes gubernamentales confirman que el presidente avisó a algunos países vecinos como Francia. La idea surgió de Albares hace varios meses

Sánchez sí avisó a algunos aliados europeos pero no a Podemos de su bandazo en el Sáhara 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ni avisó ni considera que debería haber avisado a Podemos del cambio de su cambio de posición en el Sáhara. Gobierno y PSOE se aferran a la máxima de que la política internacional depende del jefe del Ejecutivo, aunque la incomunicación existente entre los socios de la coalición traspasa las fronteras de la lógica. Fuentes del Ejecutivo aseguran que «no tenía por qué haberle avisado», como tampoco hizo con el envío de armas a Ucrania o el incremento del presupuesto en Defensa. Aunque admiten desde el Gobierno que en ambos casos se guardaron las formas con una comunicación en la víspera.

Sánchez y Scholz el pasado viernes en Berlín.

Scholz y Macron, figuras clave

En contraste, según adelantan fuentes gubernamentales a THE OBJECTIVE, el jefe del Ejecutivo sí alertó a algunos países aliados y vecinos así como a la propia Argelia que, según Moncloa, recibió información sobre la operación. Moncloa no confirma que estas dos potencias avisadas por Pedro Sánchez fueran Francia o Alemania pero todo apunta en esta dirección. De un lado, al canciller alemán, Olaf Scholz, no solo por su condición de primera potencia europea, sino también por la cercanía ideológica del único líder de la socialdemocracia europea con quien comparte familia política Pedro Sánchez. 

Por otra parte, a Emmanuel Macron, por la necesidad de contar con su alianza estratégica en Marruecos de cara a desbloquear la parálisis en las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos que provocó la acogida en España del líder del frente polisario, Brahim Ghali, hace un año. No en vano, el presidente Sánchez estuvo el pasado viernes en Berlín para un encuentro bilateral con Scholz y este lunes con Macron en el Elíseo. Dos citas en el marco de la gira europea preparatoria del Consejo de este jueves y viernes en las que es difícil creer que no haya estado presente el cambio de posición del Sáhara. 

Moncloa no confirma que así haya sido porque el Gobierno tiene intención de pasar página de un asunto que quiere dejar en un plano más discreto y lejos de las explicaciones del presidente. La voluntad es dar carpetazo al giro histórico en las relaciones con el Sáhara y con Marruecos sin que el presidente se pronuncie por ahora al respecto. De momento, Pedro Sánchez evitó este lunes hacer una mención especial al mismo en su comparecencia conjunta con Emmanuel Macron en el Elíseo. 

Sánchez y Macron, en su última reunión en París.

La idea fue de Albares

Por ahora, Pedro Sánchez dejará todo el peso de la explicación a su ministro de Exteriores, José Manuel Albares, quien comparecerá este miércoles a las 16 horas en la comisión del ramo en el Congreso. El motivo, según las fuentes gubernamentales, es que la idea surgió del titular de Exteriores y la asumió el presidente. Y la motivación fue «cerrar alguno de los múltiples frentes que están abiertos. No podemos tener tantos frentes abiertos».

Con el presidente Sánchez centrado en la cumbre europea de finales de semana, en el núcleo duro del presidente despejan el balón hacia Exteriores: «El presidente se está ocupando de un tema mucho más importante que es la política energética». Un asunto en el que niegan que Argelia vaya a tomar represalias contra España o Europa: «Esto no compromete nuestras relaciones con Argelia porque Argelia fue informado». ¿Cuándo? El Gobierno no responde pero sí sostienen que tenían información al respecto de este movimiento.

De la misma forma, en Moncloa niegan que les haya pillado por sorpresa el comunicado de Marruecos el viernes por la tarde, que motivó una comparecencia improvisada de Albares a última hora desde Barcelona. «Sabíamos cuándo publicaría Marruecos», aseguran en contra de la aparente improvisación del Ejecutivo la semana pasado. Sin embargo, no aclaran por qué no se pactó un comunicado conjunto para que España no quedara en un segundo plano respecto al régimen alauí.

Tan sólo alegan «claves diplomáticas» que citó el viernes el propio Albares y este lunes el portavoz de la Ejecutiva socialista, Felipe Sicilia, quien apunto a que «la diplomacia requiere de discreción». Algo que sólo podría apuntar a la voluntad del Gobierno español de dejar que el régimen de Mohammed VI sacara pecho de su éxito diplomático.

Moncloa oculta la carta 

Quizás parte de ese pacto es no publicar la carta enviada por Pedro Sánchez a Marruecos, que el Gobierno no tiene voluntad de hacer pública. Fuentes de Moncloa explican que existen múltiples misivas y comunicados que afectan al plano internacional y que no se publicitan. Pero la trascendencia y dimensión de este acuerdo, con las connotaciones históricas que conllevan, tanto para España en general como para el PSOE en particular, dejan en entredicho la posición del Ejecutivo socialista. 

También ante sus socios de Podemos. Fuentes de la formación admiten que hay un «tremendo cabreo» en el socio minoritario, como dejó en evidencia la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, quien dejó claro que ella no fue avisada por el presidente del Gobierno y que espera una explicación al respecto.  «Claro que no vamos a romper el Gobierno porque eso sería una irresponsabilidad. Nosotros somos coherentes, no hemos cambiado de posición, pero creo que quien es incoherente, con una enorme opacidad, es el partido socialista, que es quien ha cambiado de posición». 

No habría ruptura de la coalición 

También el portavoz del PSOE, Felipe Sicilia, defendió este lunes que «el Gobierno va a seguir» y no habrá ruptura de la coalición, cuyos miembros se enfrentan a las «discrepancias lógicas» en determinados asuntos. En privado, fuentes cercanas a Díaz denuncian que esto es «lo que nos faltaba» tras el enfrentamiento entre el PSOE y Podemos a cuenta de la guerra de Ucrania. Sin embargo, la «indecencia y torpeza» del Gobierno no servirá para romper una coalición que Podemos necesita más que el PSOE.

Una premisa que admiten en el Palacio de La Moncloa, donde siguen descartando tajantemente la ruptura, así como que Sánchez busque provocar al socio minoritario para levantarse de la mesa del Consejo de Ministros. «El Gobierno va a seguir y no habría adelanto electoral», es la mantra inamovible para lo que resta de legislatura.  

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