«Illa ha cambiado su visión contra la inmersión porque los ‘chicos de Sarrià’ controlan el PSC»

Hubo un PSC que pudo ser y no fue. Estaba formado por dirigentes históricos como Julio Villacorta, Pedro Gómez Carrizo, Ramón Marcos, Olegario Ortega, Ángel Hernández o Javier Marín, entre otros. Todos ellos abandonaron el PSC por su connivencia con el nacionalismo. Y lamentan que el PSOE siempre priorizó como interlocutores en Cataluña a los socialistas con ocho apellidos catalanes. «Salvador Illa ha gozado de un breve período de gracia. Parecía que iba a aportar nuevos aires al partido, pero el sanedrín del nuevo ciclo obiolista vuelve a marcar el paso del partido. Ese paso que Iceta nunca dejó. Los chicos de Sarrià siempre han controlado el partido e Illa ha tenido que cambiar su visión contra la inmersión».

Así se expresa Julio Villacorta, quien militó en el PSC de 1976 a 2006, cuando dio el paso a UPyD. Había sido miembro permanente del Consejo Nacional del partido y afiliado en UGT. Su mención a Raimon Obiols, exlíder del PSC, hace referencia a la cúpula del PSC, que siempre estuvo formada por dirigentes de la Upper Diagonal, hijos de la burguesía catalana.

Como Villacorta, mucho otros socialistas de base que no comulgaban con el catalanismo hicieron este tránsito hacia Ciudadanos y luego a UPyD. Otros, como Javier Marín, de la corriente de Línea Roja y quien llevó las riendas de la escuela del PSC, sigue luchando para que en Cataluña haya espacio para un partido progresista antinacionalista.

«El sanedrín del PSC pensó que la alianza con la burguesía catalana emprendedora permitiría recorrer un camino donde se darían condiciones para una revolución social a nivel español. Han coqueteado siempre con esta derecha catalanista. Y ha sido el revés, al final el compañero de viaje del nacionalismo ha sido el PSC, donde la derecha dirige y monopoliza», abunda Villacorta.

El discurso ‘naranja’ de Illa

El nuevo pacto lingüístico del Govern con el apoyo del PSC y En Comú Podem ha reabierto el debate entre estos sectores sobre la responsabilidad que ha tenido la dirección del PSC en el auge del procés. Illa ganó las las últimas elecciones en el Parlament con un discurso muy parecido al que abanderaba Ciudadanos antes de su debacle electoral.

El candidato socialista hizo gala de un bilingüismo que, hasta la fecha, ningún primer espada del PSC había hecho. Y por primera vez el partido se abrió a «flexibilizar» el sistema de inmersión lingüística para potenciar el castellano en aquellas zonas de Cataluña donde el catalán era dominante.

Villacorta cree que el PSC buscó el voto de esa «población de aluvión» de nuevos catalanes, de clase baja y media baja, que nunca habían sido representados por la burguesía catalana. Pero que las élites del partido solo quieren ser «el compañero de viaje de la derecha nacionalista». «El papel histórico del PSC está muy estudiado, es muy sibilino. Ahora dice que hay cumplir la sentencia del TSJC sobre el 25% de castellano porque no está en el Govern», apostilla.

El PSC «pacta los desacuerdos» con el nacionalismo

Respecto al hecho de que el PSC se haya desmarcado del decreto educativo del Govern -aunque no del pacto lingüístico-, Villacorta tiene una explicación: «El catalanismo transversal pacta los acuerdos y desacuerdos, es otra nueva escenificación para darle margen al PSC a que no se produzca una debacle en su electorado. Le sirve para hacer ver que se rasga las vestiduras para que electorado natural visualice, pero es parte del teatro».

En este sentido, el exdirigente socialista advierte de que «el millón de votos que logró Ciudadanos en 2017 sigue estando ahí». «Lo que hizo Albert Rivera no tendrá justificación histórica. Perdió en Cataluña toda credibilidad. Pero ojo, estamos antes una volatilidad que en cualquier momento puede girar. Los pies del PSC no son tan sólidos como se creía», concluye.