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Los mossos estallan contra la «politización» de su cúpula: «No aguantamos más a este Govern»

Los sindicatos critican que la politización del cuerpo a manos de la Generalitat daña su imagen y piden «coherencia» frente a cambios «que no llevan a nada»

Los mossos estallan contra la «politización» de su cúpula: «No aguantamos más a este Govern»

El conseller de Interior de la Generalitat, Joan Ignasi Estela. | EP

El cese fulminante del jefe de los Mossos d’Esquadra, Josep María Estela, ha puesto la puntilla a la crisis que desde hace meses se vive en la cúpula de la Policía catalana por desavenencias entre distintos mandos. Sus discrepancias con la designación de seis comisarios —entre ellos, cuatro mujeres— impuestos finalmente por el Govern y las diferencias con ‘su número 2’, el comisario Eduard Sallent, han llevado este lunes al consejero de Interior de la Generalitat, Joan Ignasi Elena, a comunicar a Estela su destitución como major del cuerpo catalán, cuando apenas llevaba un año al frente. 

Un movimiento que al mismo tiempo ha causado honda indignación entre los principales sindicatos policiales. Dejando a un lado el apoyo que algunos habían brindado al jefe de la Policía autonómica hasta el último minuto, las organizaciones denuncian la «lamentable imagen» que se está proyectando de los Mossos d’Esquadra desde que el Govern inició la reestructuración del Cuerpo con la destitución, a finales de 2021, del exmajor Josep Lluís Trapero. La Generalitat lo apartó del cargo por la autonomía que había adquirido la unidad de anticorrupción, que en ese momento investigaba a dirigentes de Junts o ERC, como avanzó THE OBJECTIVE. 

El de Estela, critica el sindicato USPAC, es «un nuevo juego de sillas en la Jefatura». «La imagen que se está dando del cuerpo afecta al día a día del servicio, y supone la pérdida tanto de la confianza como del principio de autoridad de los agentes que están a pie de la calle». En un momento en el que más inseguridad hay en las calles de Cataluña. Sin ir más lejos, en los seis primeros meses de 2022, Barcelona registró 78.173 delitos, un 40% más que el año anterior. 

«Sentimos vergüenza»

«Esto pasa desapercibido por los políticos de turno. Lo que quieren es implosionar el cuerpo desde dentro sometiéndose a los designios políticos de aquellos grupos a los que les deben el cargo», censuran desde esta organización policial. Su portavoz, Albert Palacio, señala que «el sentido de ridículo de la clase política es cero» y el de la tropa, «cada vez más grande». «La gente está cansada, asqueada de todas las noticias que están saliendo en las últimas semanas. Sentimos vergüenza por la clase política que tenemos en el departamento de Interior. No aguantamos más a este Govern», denuncia este agente en conversación con este diario.

La última polémica tuvo lugar el pasado viernes, cuando se conoció el nombramiento de seis nuevos comisarios, tras un proceso de promoción interna en el que doce habían sido los mejores. Ocho eran hombres y cuatro, mujeres. Estela pedía que los ascendidos fueran cuatro hombres y dos mujeres, pero finalmente el consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, decidió invertir la proporción en su objetivo por «consolidar la feminización del cuerpo en su escala directiva». El exjefe del cuerpo catalán se negó y, tres días después, le ha terminando costando el puesto

Desde USPAC critican la decisión del Govern, que se vende como «feminista» reservando «un 40% de las plazas a mujeres aspirantes a las promociones de ascenso sin tener en cuenta los principios de mérito y capacidad». Y defienden el papel que desempeñaba el comisario cesado, que «ha acabado pagando el precio de la politización». «Una persona cercana a las bases, que conoce el territorio y que ha sido de los pocos mandos que ha ayudado a los mossos que abatieron a los terroristas en los atentados de Barcelona y Cambrils». 

«Coherencia y estabilidad»

Frente a lo ocurrido, SME, sindicato mayoritario dentro de los Mossos, exige «coherencia y estabilidad, y no cambios constantes que no llevan a nada». Y recuerda que, mientras las polémicas se suceden en la cúpula del cuerpo, los problemas laborales de los agentes no se solucionan y los delitos se multiplican en la calle: «Los hurtos, los delitos de todo tipo, los accidentes, el orden público, las investigaciones, y todas aquellas cuestiones relacionadas con el mundo policial no se detienen y hay que seguir». 

Por otro lado, USPAC también elude otras cuestiones como el retraso en la llegada de los nuevos vehículos policiales, «que no llegarán hasta 2024 por no haberse licitado a un precio justo»; la carga de trabajo; el maltrato de compañeros destinados en la Guardia Urbana o el abandono de especialidades como Tráfico o Investigación. 

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