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Podemos agita el fantasma de la «violencia política» para asustar al PSOE con la 'ley trans'

Podemos acuñó el concepto de cloacas policiales y judiciales como revulsivo para la difícil campaña de 2019. Ahora hace lo mismo con la violencia política

Podemos agita el fantasma de la «violencia política» para asustar al PSOE con la ‘ley trans’

La ministra de Igualdad, Irene Montero. | Europa Press

«La violencia política es una estrategia para que dudemos de nosotros mismas, las unas de las otras (…) para no generar redes de confianza, de alianzas. Por eso es importante que compañeras usen su poder para alzar la voz y defender las conquistas del feminismo». Irene Montero, número dos de Podemos, explicó durante los actos del pasado 25-N, día de la lucha contra la violencia de género y ante el ataque de un sector del feminismo que pidió su «dimisión», el concepto de «violencia política» esgrimido el miércoles para sortear el caos de la ley del solo sí es sí. El lunes, Montero admitió las discrepancias con el PSOE sobre la ley trans, que también vinculó a la «violencia política».

Para Podemos la categoría de «violencia política» sirve tanto para defender a Irene Montero de las críticas sobre la ley del solo sí es sí, como para «blindarla» ante lo que pueda ocurrir con la ley trans. Los socialistas han anunciado que presentarán enmiendas para delimitar el cambio de sexo, obligando el menor a tener un aval judicial. Para Podemos se trata de «limitar los derechos» de las personas transexuales, pero también de otra guerra política en el seno del Ejecutivo que el Ministerio de Igualdad necesita ganar si quiere mantener viva la llama de su ministra.

«La violencia política no se termina sancionando a fascistas en el Congreso. Es más útil no difundir masivamente bulos contra el Ministerio de Igualdad o acabar con la cacería mediática y política contra Irene Montero. Y, por supuesto, ampliando derechos, no recortándolos», difundió el partido el pasado lunes, nada más saberse que el PSOE sigue decidido a presentar sus enmiendas.

La pareja que lidera Podemos, Pablo Iglesias e Irene Montero
Irene Montero y Pablo Iglesias, durante el cierre de ‘la uni de otoño’ de Podemos. | Europa Press

«Recortar derechos»

Para los morados, el PSOE es un partido que «recorta derechos», y que tendrá el apoyo del Partido Popular para su propuesta. Internamente, fuentes de Podemos creen que Montero no tiene más salida que aceptar las órdenes de La Moncloa, pero de cara al público, su ministerio resiste.

Después del caos de la ley del solo sí es sí, los socialistas quieren limitar la exposición legislativa de los ministerios de Podemos. Otras leyes, como la de Vivienda y la derogación de la ley mordaza han sido de momento congeladas, en contra del criterio de la parte minoritaria del Gobierno. La Moncloa da prioridad a cerrar el asunto de la sedición y abordar el espinoso debate sobre la malversación.

Con respecto al solo sí es sí y las decenas de rebajas de penas a los condenados por agresiones sexuales, fuentes socialistas sostienen que los errores de Montero han servido para demostrar el escaso valor «técnico» de los ministros de Podemos. Pero nadie niega que el embrollo afecta también a Pedro Sánchez.

La cantante Ana Belén; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el escritor y director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, este lunes en Madrid. | Europa Press

Pero Irene Montero no tiene ninguna intención de ceder. Después de los últimos días de polémica en los medios y el salvavidas lanzado por Vox en el Congreso, con unos ataques que han servido a Podemos para erigir un muro instrumental en defensa de la ministra, Montero ahora se prepara para otra batalla con el PSOE. «El PSOE ha decidido presentar enmiendas y no buscar acuerdos», ha afirmado este lunes Montero. Y ha añadido: «Los votos del PP y los PSOE pueden sumar para recortar derechos de las infancias trans».

Llamamiento al PSOE

La idea de la pinza entre PSOE y PP sirve así a los morados para ampliar el campo de acción del concepto de «violencia política». En 2019, el partido construyó toda su campaña electoral bajo el lema de la guerra a las presuntas cloacas policiales que actuaban contra Podemos. Las cloacas se ampliaron después a los tribunales y jueces, a la vez que empezaban a destaparse casos de presunta financiación ilegal a través de consultoras de América Latina (el juicio sigue abierto).

Ahora Podemos recurre al concepto de «violencia política» para armar su posición, al mismo tiempo defensora y crítica con el Gobierno del que forman parte. «Hacemos un llamamiento al PSOE para que reflexionen», dijo el portavoz de Podemos Pablo Fernández. En opinión de este dirigente, «sería preocupante, grave y lamentable que el PSOE se aliara con la derecha y con la extrema derecha para recortar derechos de las personas trans».

De momento, los morados asumen que la tramitación de la ley sufrirá un retraso. Podemos quería que se cerrara antes de que finalice el año, para entrar ya en una dinámica de precampaña para las autonómicas y municipales con los deberes hechos. La ley del solo sí es sí, no obstante, lo ha cambiado todo. Dentro y fuera. Aunque Podemos ha encontrado en el concepto de «violencia política» un clavo ardiendo al que agarrarse para intentar sortear todos los problemas. Y, si hace falta, acusar también a su socio de Gobierno de emplearla.

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