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Polémica en el Cervantes al pagar 1.400 euros a un expatriado por obras en su casa de España

CSIF critica que el organismo cultural haya abonado las reparaciones que el jefe de estudios en Munich ha hecho en una vivienda arrendada de Valladolid

Polémica en el Cervantes al pagar 1.400 euros a un expatriado por obras en su casa de España

El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero. | Eduardo Parra (EP)

Nueva polémica en el Instituto Cervantes por las ayudas incluidas en su plan de acción social. Tras los masajes que se ofrecen a sus 300 trabajadores en Madrid y Alcalá de Henares, ahora se ha conocido que la institución que dirige Luis García Montero ha pagado 1.400 euros a su jefe de estudios en el centro de Munich (Alemania), Carlos García de la Santa, para reembolsarle parte de las obras de reparación que ha realizado en una vivienda suya en Valladolid a raíz de unos desperfectos ocasionados por los inquilinos que la habitaban.

García de la Santa se acogió el año pasado al citado plan de acción social del Cervantes, un organismo adscrito al Ministerio de Asuntos Exteriores, para solicitar una indemnización por unos gastos que entendía que eran «extraordinarios». Las personas a las que alquiló una de sus viviendas se la devolvieron «destrozada», según explica una portavoz del Cervantes a este diario, y él pasó la factura de las reparaciones a la institución en la que trabaja, al considerar que su condición de expatriado tuvo como efecto colateral el poner en alquiler su segunda y tercera residencia que tiene en España. La citada de Valladolid y otra en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).

Su petición causó revuelo en la reunión de la Comisión de Condiciones Laborales para los centros del Cervantes en el exterior (CCL). Un órgano en el que estaban dos altos cargos del organismo cultural -el director de Recursos Humanos y la jefa de Relaciones Colectivas- junto con los representantes de las cuatro centrales con representación sindical en este organismo -CCOO, UGT, CSIF y CGT-.

Quejas de CSIF por esta ayuda del Cervantes

CSIF se quejó de este caso al entender que se trataba «de un bien privativo» y unos «ingresos por arrendamiento» que en nada afectaban al Cervantes, según la documentación a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. Además, a juicio de este sindicato, se había producido «algo curioso» ya que la solicitud de ayuda extraordinaria del jefe de estudios de Munich se había fraccionado en dos cantidades -una de 3.498,88 euros para 2021 y otra de 1.742,40 euros para 2022- «antes ni siquiera de que el plan de ayuda 2022 esté aprobado».

Por lo tanto, García de la Santa intentó inicialmente que el Cervantes le abonase un total de 5.241,28 euros. Sin embargo, este tipo de ayudas solo se entregan si supera el 5% de la retribución liquida anual. En su caso, el sueldo público que tuvo en 2021 por su destino en Munich ascendió a 73.863,15 euros, por lo que la devolución que pedía de casi 3.500 euros no sobrepasaba el requisito de estar por encima del 5%.

La de 2022 sí la superó finalmente, aunque se le tuvo que descontar un 15% por su estatus laboral dentro del Cervantes como jefe de estudios, de ahí que la indemnización resultante fuese de unos 1.400 euros, según subraya la citada portavoz. Y eso que CSIF planteó numerosas irregularidades en la documentación entregada por este trabajador.

Por ejemplo, García de la Santa presentó una factura proforma, «que no tiene validez fiscal ni contable» en opinión de CSIF, así como un presupuesto por la reparación del frigorífico. Además, el jefe de estudios entregó al Cervantes una factura por el suministro y montaje de un plato de ducha y una mampara por un importe de 1.669,80 euros, cuando en el acta presencial del notario que certificó los destrozos «no se indica que haya rotura de esos dos elementos», de ahí que el sindicato sospechase que intentaba colar «una mejora en uno de los baños, pero no un desperfecto por daños».

Otro elemento de la vivienda que se cambió fue la campana de la cocina, por un importe de 332,75 euros, pero CSIF detectó que en el acta de presencia solo se hablaba de que «una luz de la campana extractora está totalmente deteriorada», de ahí que la representante sindical hiciese hincapié en que con reponer esa luz «no hubiera sido necesario cambiar la campana en su totalidad».

Para más inri, el jefe de estudios no adjuntó la acreditación de que la propiedad le pertenecía ni tampoco el contrato de arrendamiento donde se indicase el monto del alquiler o el depósito transferido a la Cámara de la Propiedad Urbana en Castilla y León, que era en última instancia la responsable de realizar la gestión del depósito de las fianzas arrendaticias.

«Para evitar futuras malinterpretaciones en las situaciones de carácter excepcional de las ayudas, tiene que quedar claro que estos no pueden servir para el enriquecimiento privativo de los solicitantes. Por todo lo anterior indicado y para evitar un posible caso de mal uso de los fondos destinados a ayudas extraordinarias, me vuelvo a reiterar en la solicitud de la denegación de dicha ayuda al Sr. Carlos García de la Santa», esgrimió la representante de CSIF, quien solo tuvo el respaldo de CGT. Tanto UGT como CCOO no pusieron objeciones y el CCL adjudicó la mencionada ayuda al trabajador de su centro en Munich.

Cuando el pasado 7 de noviembre se volvió a reunir la CCL por videoconferencia, la dirección del Cervantes puso sobre la mesa dos nuevas solicitudes de ayuda extraordinarias presentadas por trabajadores del centro en Pekín. Ambas están vinculadas a las estrictas medidas de confinamiento que ha provocado la pandemia de coronavirus en China. CSIF volvió a manifestar su disconformidad. «La dirección de RRHH comenta que este tema ya se trató anteriormente en el seno de la CCL y que una vez analizada la situación presentada finalmente se acordó aprobar su solicitud, al corresponderse con los criterios establecidos en el plan de acción social», según se indica en el acta de la reunión.

Exteriores cuenta con un plan de acción social en el que se incluye, por ejemplo, el abono de transporte mensual al personal de servicios centrales y de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Pero el del Cervantes está en el punto de mira por este tipo de ayudas para cubrir obras en domicilios o el citado servicio de fisioterapia que se facilita a sus empleados con independencia de si lo necesita o no por prescripción médica.

El Gobierno avaló en abril que el Cervantes subvencione con dinero público este servicio de fisioterapia para sus trabajadores de las sedes centrales «con un máximo de tres sesiones al año». Además, elevó a 46.367,75 euros el gasto en esta partida que empezó en 2015, lo que implica «unos 29,5 euros por persona y año de media», según una respuesta parlamentaria a las diputadas de ERC Montserrat Bassa y Marta Rosique.

La institución que preside García Montero es la única de todo el Ministerio de Asuntos Exteriores que ofrece este servicio de masajes a sus 300 empleados, según desveló este periódico a mediados de febrero. Además, se excluyó del mismo al resto del personal que trabaja en los Cervantes repartidos por todo el mundo.

En el resto de ministerios, solo el de Defensa cuenta con contratos similares de fisioterapia en algunas bases aéreas como las de TorrejónMorón o Albacete ya que los pilotos del Ejército del Aire se ven sometidos a un estrés muscular y mental continuo fruto de las maniobras y vuelos que realizan con los cazas y otros aparatos.

Cervantes García Montero
El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero.

El Ejecutivo señaló en su respuesta parlamentaria que este servicio está negociado con el Comité de Seguridad y Salud Laboral del organismo cultural -es decir, entre la dirección y los sindicatos- y que se encontraba «dentro de las políticas de salud laboral» impulsadas desde la Dirección de Recursos Humanos.

El Cervantes justificó la discriminación que sufren el resto de empleados que trabajan fuera de Madrid y Alcalá de Henares de la siguiente forma: «Los trabajadores de la sede y de los centros tienen programas diferenciados de salud laboral dadas las circunstancias de dispersión geográfica, este servicio no se puede ofrecer a los trabajadores/as de los centros» repartidos por el mundo. La institución para la enseñanza del castellano y las lenguas cooficiales está presente en 87 centros distribuidos en 44 países por los cinco continentes.

Dicho servicio de fisioterapia se sacó en 2018 del llamado plan de acción social que tiene esta institución de Exteriores para sus empleados y que incluye ayudas para la compra de gafas o de guardería. Ello se debió a la política de recortes con este plan, por lo que la dirección y los sindicatos pactaron que hubiera una partida presupuestaria específica para los citados masajes.

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