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Los sondeos asustan a Díaz: en 'su Galicia' la marca Sumar se quedaría sin escaños

Los primeros sondeos publicados en Galicia revelan que Sumar sigue sin despegar y que de momento se puede quedar incluso por debajo de Podemos

Los sondeos asustan a Díaz: en ‘su Galicia’ la marca Sumar se quedaría sin escaños

Yolanda Díaz. | Europa Press.

Yolanda Díaz tiene un problema en Galicia. La ministra de Trabajo y lideresa in pectore de Sumar hace muy a menudo menciones a su tierra natal. Pero los últimos sondeos recogen datos desalentadores. Algunas encuestas revelan que si se celebrasen elecciones ahora Sumar no lograría ningún escaño para el Congreso en esa región. En las últimas elecciones generales Díaz ya tuvo que cambiar de circunscripción -pasó de Coruña a Pontevedra- y en las autonómicas Unidas Podemos se quedó fuera del parlamento autonómico. Pero sorprende que la ministra sea particularmente débil en la Comunidad Autónoma donde ejerció de edil, candidata y diputada.

A nivel demoscópico el experimento de Díaz está siendo estudiado con cautela. Carece de referentes a nivel territorial, y eso está lastrando su despegue en un territorio donde dio sus primeros pasos como dirigente. Todo orbita alrededor de la imagen de Díaz, que goza de buena valoración. Su marca personal es clave para el nuevo proyecto político. Pero también necesita referentes si quiere lanzar un proyecto político de cambio a nivel nacional.

Lo sabe Díaz y lo saben en Podemos, donde consideran que no será fácil para la responsable del departamento de Trabajo prescindir de la experiencia y de la presencia ‘morada’. Los últimos datos que proceden de Galicia confirman esa sensación. Según una encuesta publicada por el diario La Voz de Galicia, Sumar de momento no tiene asegurado ningún escaño en toda la región. Podemos, en cambio, podría aspirar a salvar al menos un diputado (actualmente tiene dos).

Yolanda Díaz en un acto de Sumar en Sabadell

«Muchos cadáveres a su paso»

Curiosamente, Díaz sigue logrando una de las notas más altas. En Galicia, por ejemplo, se queda por debajo solo del expresidente Alberto Núñez Feijóo. «Hay que tener en cuenta que esta marca, Sumar, aún no tiene oficialmente una figura en la Comunidad, y tampoco se sabe de qué manera participará en las generales, si con Podemos o no», señala el periódico gallego para matizar las conclusiones de su encuesta a 1.223 ciudadanos.

Otras fuentes políticas activas en la región sostienen que todo apunta a que Díaz preferirá evitar presentarse en la lista por Galicia. En Unidas Podemos algunos dan por «descontado» esa operación, que vinculan con la debilidad territorial de la ministra de Trabajo. Algo que sorprende si se piensa que, al menos por lógica, Galicia debería ser su feudo electoral, y no una zona crítica.

El pinchazo demoscópico tiene un valor simbólico. Díaz empezó su carrera política como edil en Ferrol. Después entró en el Parlamento Gallego gracias a una coalición instrumental con el nacionalista Xosé Manuel Beiras. Se acercó a Podemos a través de las mareas y ahora aspira a sustituir el partido fundado por Pablo Iglesias.

Durante su primera etapa como diputada, Díaz hacía mención a sus viajes a la región para descansar con su familia. Aun así, personas que estuvieron en las mismas listas electorales son críticas y duras con la ministra. «En Ferrol no la pueden ni ver. Yolanda ha dejado muchos cadáveres a su paso. Por eso Galicia representa un freno muy grande para su credibilidad», relatan.

«Es como Iglesias, pero más cuidadosa»

No es un secreto para nadie que Beiras haya roto con ella. Llegó a calificarla de «traidora». Iglesias tampoco quiere volver a tratar con su vieja amiga, tal y como desveló este diario. La desavenencia con Irene Montero es conocida internamente. «El problema de Yolanda es que se ha cargado todas las opciones políticas en las que ha estado. Y eso porque siempre ha pensado en su proyección. Desde que llegó a Madrid quiso liderar una lista, y en eso está ahora», agregan las fuentes consultadas.

La dificultad gallega de Díaz apareció en las últimas generales cuando prefirió presentarse por Pontevedra. Díaz es originaria de un pueblo de Ferrol, en la comarca de La Coruña, pero necesitó mudarse a otra provincia para tener asegurado el escaño. Unos meses después, en las autonómicas de 2020, Unidas Podemos se quedó fuera del Parlamento gallego. Fue un batacazo histórico.

Sectores cercanos a Irene Montero quisieron endosarle ese fracaso. La ministra se irritó por ello. Intentó salvaguardar su nexo con Iglesias, todavía vicepresidente del Gobierno, aunque las relaciones con Montero se vieron perjudicadas. Ahora, Montero dirige Podemos y su intención es una colaboración electoral con Sumar, pero en una «coalición» con partidos autónomos y sin fusiones. Díaz, por su parte, no quiere oír hablar de partidos.

Para ella, que empezó sellando un pacto con el PSOE y lo rompió meses después, fue aliada de los nacionalistas mientras apelaba a la regeneración, se declaró pablista y ahora cuenta con los errejonistas, la clave es entender que la política muta y que hay que moldearse a ella. «La política no es una cuestión personal», dijo en su primera etapa a los que la acompañaban en Ferrol.

Queda ahora por ver si, ambición a parte, Sumar tiene la capacidad de afianzarse a nivel electoral. Todavía no despega, aunque los de Díaz aseguran no tener prisa. Como adelantó en varias exclusivas este diario, la idea de Sumar es medirse únicamente en las próximas generales, aprovechando la caída de Podemos en las autonómicas. Es la teoría del «desgaste lento» de Podemos, en el marco de un plan de todo o nada. Y en eso Díaz se parece mucho a Iglesias. «Es como él, aunque más cuidadosa», zanja quien la conoce bien.

El caso Bescansa y la falta de candidatos

Dudas razonables a parte, lo cierto es que de momento se se sabe poco sobre las legítimas aspiraciones demoscópicas de Sumar. El proceso de «escucha» lanzado poco antes del verano no convence a algunos dirigentes de IU y Podemos. La sensación compartida es que la política gallega quiere lanzar un artefacto electoral centrado en su figura y respaldado por personas de cierto prestigio. Pero todavía no han trascendido nombres de candidatos.

Díaz se ha rodeado de expertos y activistas. Son algo más de 30 personas, con las que colaboran decenas y hasta centenares de profesionales, al menos según la versión oficial. Algunos de ellos estuvieron cerca de Podemos en sus comienzos, pero rápidamente se descolgaron del partido ‘morado’. Díaz confía recuperar a esas figuras, a las que ha ido añadiendo expertos cercanos a la esfera socialista.

En algunos círculos se menciona incluso el nombre de Carolina Bescansa como fichaje de la ministra. Aunque fuentes gallegas del espacio de Podemos niegan tajantemente esa opción. Díaz goza todavía del favor de la prensa afín, que se decanta por criticar sobre todo a Podemos en una operación de sustitución que según miembros del partido ‘morado’ favorece a Pedro Sánchez. Y en ese partido avisan de que «Sumar sin Podemos no suma».

«El problema es el nombre», se está bromeando incluso en Izquierda Unida. «¿Sin sedes ni presencia territorial donde vas a sumar a los que quieren colaborar? Podemos, por lo menos, creó los círculos, pero Yolanda no tiene nada», zanjan en el partido de Alberto Garzón. Todo parece muy volátil, aunque quien conoce de cerca a Díaz no tiene duda: «Siempre quiso liderar un proyecto propio, y ahora lo tiene». Ahora hace falta sacar cabeza en las encuestas. Al menos en otros lugares que no sean Madrid.

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