«Intencionadamente se busca asociar el feminismo con una idea de superioridad de las mujeres y odio a los hombres, cuando lo que defiende es la igualdad de todas las personas, sin más»
Ciudadanos ha lanzado, en vísperas de la diada feminista del 8 de marzo, y como adelanto de sus propuestas para la sociedad española, un decálogo del feminismo liberal, así llamado
1. El machismo asesina más que ETA. La comparación en sí es totalmente aleatoria y solo sirve para conferir razones políticas a la violencia de género. La naturaleza del crimen machista es siempre íntima, nunca política. El terrorismo, por contra, busca un cambio político mediante el asesinato. La victimización por razones políticas es un error. Sería como atribuir una motivación política a los asesinatos entre hombres tras una pelea o al suicidio (donde, por cierto, según datos del INE, hay una brecha gigante de género: el 75% de los que se quitan la vida son hombres).
Puede parecer un poco raro, pero he decidido dedicar mi columna del Día de la Mujer a los hombres. La persona que más me quiere en el mundo es un hombre. Es imposible cuidar tanto ni tan bien como él cuidó a mamá y a la abuela, y cómo después siguió cuidándonos a mis hermanos y a mí. Es imposible hacer la tortilla de patata tan buena como él. Es mi padre.
Es domingo, todavía, mientras escribo esto. Esta mañana bajé a la calle en pijama y abrigo -ejecutando el sueño ese de parecer cívica aun sin ropa interior-, me pedí un café para llevar, compré tabaco y me senté en un banco con la boca abierta al sol, como las abuelas disfrutonas.
Con ocho basta. Consejos de Edith Wharton para el 8 de marzo
Hoy es 10 de marzo de 2017, un día, supongo, anodino, rutinario, pasajero, propicio al olvido, como los rostros de los compañeros de viaje en el vagón del metro; un día sin expectativas de género épico o de mayores victorias, a lo sumo una noche de concupiscencias o desenfreno de las pasiones, de certezas universales e inconfesables, de todo lo que bajo la etiqueta de humano nos hace divinos. Pero eso acaso sea esperar demasiado. Hoy, que no hay cifra ni fiesta de calendario, leo una noticia en la que el alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos apunta un dato bastante crudo: en varios países, Burundi o Rusia, dos ejemplos, uno lejano y otro más próximo, hay leyes que culpan a la mujer de la violencia doméstica; es decir, la mujer es la responsable de que cualquier animal denigre sus derechos fundamentales, su dignidad, su libertad, su igualdad.