El vasco Juan Larrea sintió que en América renacía el Espíritu europeo que había muerto en los campos de batalla de España. “Hemos entrado en el Reino del Espíritu”, le comentó a Gil Albert. “Asia fue el reinado del Padre; Europa ha sido el continente del Hijo; América, el Nuevo Mundo, está destinado a ser el del Espíritu, y por eso, fíjese en su hechura.