Adictos
Cuando se tiene el teléfono móvil como principal herramienta de trabajo no son infrecuentes los comentarios, a caballo entre la piedad y el desaire, que sugieren que uno tiene-un-problema de adicción al dispositivo. La acusación, por llamar a las cosas por su nombre, no deja de ser un indicativo de hasta qué punto nos creemos a menudo libres de imperfecciones. Aunque, al cabo, no constituye novedad alguna el hecho de que abundan más los anhelosos de cambiar el mundo que los que tratan primero de conocerlo.
