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La ley que hace a la Copa del Mundo intocable y otras curiosidades del Mundial

Ya está aquí la cita con el fútbol más importante, esa que esperan tanto los más futboleros cada cuatro años. El Mundial de Rusia 2018 se lleva todos los focos mediáticos y, además de lo deportivo, se generan todo tipo de curiosidades en torno al evento deportivo más seguido del mundo. Aquí algunas que no esperábamos encontrarnos pero que son ciertas.

La ley que hace a la Copa del Mundo intocable y otras curiosidades del Mundial

Ya está aquí la cita con el fútbol más importante, esa que esperan tanto los más futboleros cada cuatro años. El Mundial de Rusia 2018 se lleva todos los focos mediáticos y, además de lo deportivo, se generan todo tipo de curiosidades en torno al evento deportivo más seguido del mundo. Aquí algunas que no esperábamos encontrarnos pero que son ciertas:

 

La Copa no se toca (por ley)

Australia no pertenece a la Confederación de Oceanía y otras curiosidades del Mundial 1
La Selección española celebra el título en 2010 con Iker Casillas a la cabeza. | Foto: Frank Augstein | AP

 

No sabemos todavía quién levantará la Copa del Mundial de Rusia, pero lo que sí sabemos es que hay una ley que impide a cualquier persona tocarla. Los únicos que pueden hacerlo, y cargarla sin guantes, son los jugadores campeones del mundo y los jefes de Estado de los países. Las federaciones que resultan campeonas no se quedan con la copa original, que antes guardaba la FIFA en una cámara acorazada, y que ahora puede verse en el Museo del Fútbol Mundial, situado en la ciudad suiza de Zúrich. Los campeones se quedan con una réplica, que deben entregar a los cuatro años en la siguiente edición de la cita mundial.

 

Australia no pertenece a la Confederación de Oceanía

Australia no pertenece a la Confederación de Oceanía y otras curiosidades del Mundial
El equipo australiano juega –y actualmente gana– en Asia. | Foto: Heinz-Peter Bader | Reuters

 

Australia está afiliada a la Confederación Asiática de Fútbol, y no a la de Oceanía como sería de esperar por su situación geográfica. La razón detrás de este curioso dato es que cuando los australianos jugaban en Oceanía lo tenían tan fácil que ganaban a sus rivales casi sin despeinarse. De hecho, Australia ostenta el récord de haber logrado la mayor goleada en un partido internacional tras el 31-0 que endosaron a Samoa Americana en el año 2001. La Confederación de Oceanía es la única que no cuenta con pase directo al Mundial, por lo que a pesar de ganar con mucha facilidad y quedar siempre el primero del continente, Australia no siempre estaba entre los equipos que disputaban el torneo global. Además, la falta de tensión competitiva de su continente jugaba en contra del equipo australiano, ya que después no estaba a la altura en citas mayores. Por ello, en el año 2005 Australia planteó cambiarse a la Confederación Asiática, más competitiva y con pase directo al Mundial, cambio al que la FIFA se mostró receptiva a pesar del enfado del resto de federaciones. “Somos la más débil de las confederaciones de la FIFA y sin Australia todavía lo seremos más”, llegó a afirmar en su día Graham Seatler, presidente de la Federación de Fútbol de Nueva Zelanda. 10 años después de cambiarse de Confederación, Australia resultó campeón de la Copa Asiática, tras ganarle la final a Corea del Sur en 2015.

 

La Copa robada y el perro y héroe que la encontró

La ley que hace la Copa del Mundo intocable y otras curiosidades del Mundial 1
El perro Pickles posa ante los periodistas como un auténtico héroe. | Foto: BBC

 

El Mundial de Inglaterra de 1966 pasó a la historia por algunas cosas, pero desde luego si hay una inédita y divertida esa es el robo de la Copa. En vísperas del campeonato, el trofeo había sido expuesto en Westminster, en el centro de Londres, para que la gente tuviera la oportunidad de verlo de cerca. Allí desapareció, lo que provocó una importante indignación entre los aficionados y protagonizó, además, todas las portadas de la época. Los encargados de la seguridad no tardaron en intentar dar explicaciones, echando balones fuera sobre su responsabilidad en este suceso. Pronto se supo que, a pesar de lo que se había asegurado desde la organización, la operación de seguridad para resguardar la Copa se reducía a tan solo un guardia de más de 70 años de edad quien se había tomado su descanso para cenar. La sensación generalizada del público era que la policía no iba a ser capaz de recobrar el apreciado premio. Detectives de Scotland Yard llevaron a cabo una intensa investigación, pero al final fue un perro quien encontró el trofeo. Pickles, el perro del joven londinense David Corbett, se puso a husmear en un jardín en uno de sus paseos con su amo, lo que alertó al mismo. Corbett ganó la recompensa de 6.000 libras que ofrecía Scotland Yard. Pickles se convirtió en un héroe a la altura de Laika y otros canes célebres. La prensa británica ha resuelto ahora, en 2018, uno de los mayores misterios de la historia de los Mundiales de fútbol: la identidad del ladrón que robó este trofeo. Fue Sidney Cugullere (1926-2005), un delincuente común que presumía de haber sido el primer inglés en levantar la Copa del Mundo, ya que hasta ese año los ingleses no ganaron el Mundial, precisamente en su casa.

 

Jugar un mundial gracias al azar de una mano inocente

Acostumbrados a perder en cuartos, y de repente ganar un Mundial, y de nuevo caer en fase de grupos, los españoles ya no tenemos en nuestro recuerdo cuándo fuimos eliminados por el azar y la mano inocente de un niño. En la fase de clasificación para el Mundial de Suiza 1954, España y Turquía se enfrentaban por una plaza en el campeonato. La Selección española ganó en Madrid en el partido de ida con un contundente 4-1, pero los turcos forzaron en el de vuelta en Estambul un tercer partido –en aquella época estas situaciones no se resolvían por el gol average, sino jugando un partido extra–. El estadio Olímpico de Roma fue la sede para definir al clasificado, y el encuentro quedó en empate a 2-2. En aquellos tiempos tampoco existía la definición por penaltis para resolver estas situaciones, por lo que la FIFA, basándose en sus reglamentos, apeló a dos papeles ocultos en sobres: en uno aparecía el nombre de España y en el otro el de Turquía. Franco Gemma, un niño romano de 10 años, fue el encargado de retirar el papel, y su mano inocente determinó que sería Turquía, y no España, quien jugaría la cita mundialista.

 

Una caja de zapatos para evitar a los nazis

Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, el trofeo Jules Rimet –antigua Copa del Mundo– es conservado por el último campeón, Italia. Ottorino Barassi, un dirigente de la FIFA, escondió el trofeo de la Copa del Mundo bajo un colchón para evitar que cayera en poder de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Barassi, que además de ser garante de la Copa fue el creador de la UEFA, retiró en secreto el trofeo de un banco en Roma y lo escondió en una caja de zapatos.

 

Gol en regla anulado a petición de un dirigente

Un hecho insólito marcó el partido entre Francia y Kuwait en el Mundial de España en 1982. El partido Francia-Kuwait de la fase de grupos estaba siendo un paseo para los galos. Cuando la selección francesa anotó su cuarto gol, el hermano del jefe de estado de Kuwait y presidente de la Federación de Fútbol del emirato, Al-Sheik Fahad, irrumpió en el campo para que anularan el gol. Argumentó que sus jugadores habían dejado al delantero pasar porque habían escuchado un pitido que provenía de la grada y el árbitro le hizo caso: anuló el gol. Los franceses volvieron a marcar minutos después, por lo que de poco sirvió la intervención de Al-Sheik Fahad.

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