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'Silvio (y los otros)': Berlusconi como género cinematográfico

En su nueva película Paolo Sorrentino consigue un retrato de Silvio Berlusconi caricaturizado y exagerado que, al final, tiene mucho de verdad.

‘Silvio (y los otros)’: Berlusconi como género cinematográfico

Todo es verdadero. Todo es falso. Se advierte al principio de Silvio (y los otros), estrenada el pasado cuatro de diciembre en nuestro país. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. O no.

Al igual que Valle Inclán vio la realidad de la España a través de los espejos cóncavos y convexos del callejón de Álvarez Gato, y de esa visión deformada surgió el esperpento, Paolo Sorrentino nos traduce la más reciente historia italiana, tamizándola a través de su estilo cinematográfico particular, uno de los más característicos, personales y originales del cine actual.

Para ello recurre a su actor fetiche, Toni Servillo, que lo acompaña desde su ópera prima (El hombre de más, 2001), y con el que hizo historia al alzarse con el Óscar a la mejor película extranjera con La gran belleza (2013), sin duda obra culmen, hasta ahora, de Sorrentino, en el que hay mucho de surrealismo, de existencialismo y de barroco. Un Fellini del siglo XXI que, esta vez, ha querido retratar una época a través de un hombre: Silvio Berlusconi.

Tras ponerse en la piel de otro primer ministro, Giulio Andreotti, en Il divo (2008), también a las órdenes de Sorrentino, Servillo vuelve a clavar un retrato caricaturizado y exagerado que, al final, tiene mucho de verdad. Los excesos y el patetismo que acompañan a la eterna sonrisa de un bufón que cree que todo puede comprarse, quedan reflejados en un momento concreto de su biografía, cuando es apartado del gobierno acosado por sus escándalos y los problemas judiciales. El fracaso marital y la vuelta al poder, serán las preocupaciones de un Berlusconi que no es consciente de sus limitaciones.

La película no solo trata sobre el empresario y político italiano, sino también sobre “los otros”, aquellos que, de alguna manera, han gravitado alrededor del fundador de Mediaset, haciendo negocios y escalando sin prever las consecuencias. Para ello, Sorrentino se inspira en Gianpaolo Tarantini, empresario encarcelado por tráfico de cocaína, para darle vida a Sergio Morra, un joven de provincias, ambicioso y sin escrúpulos, que quiere alcanzar la gloria y el poder a través de Il Cavaliere, cosa que conseguirá llamando su atención con fiestas repletas de “velinas”, lo único que parece saciar a un Silvio que, por vez primera en su vida, empieza a no conseguir todo aquello que desea.

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‘Silvio (y los otros)’ es una radiografía de un tiempo y una sociedad de la que Berlusconi es su máximo exponente. | Foto via DeAplaneta.

Sorrentino es capaz de lograr que las escenas más sórdidas acaben por convertirse en fotogramas realmente bellos, algunos de los cuáles nos retrotraen a La gran belleza, a La juventud (2015) o a la serie protagonizada por Jude Law, The Young Pope (2016), de la que se espera una segunda temporada en breve. Al igual que ocurre en las anteriores, la selección musical constituye un personaje más de la película, ayudando a crear auténticos poemas visuales, en los que las fiestas y el desenfreno acaban contrastando con las caras derrotadas, entre los escombros, de los bomberos que buscan supervivientes tras el terremoto de L ’Aquila.

Sorrentino realiza también un retrato psicológico del personaje, con escenas memorables como aquella en la que vende una casa por teléfono para demostrarse así mismo que aún es un gran seductor, o el diálogo final con su mujer, en el que director y actor consiguen que un personaje tan desagradable pueda parecernos melancólico, incluso tierno, a veces.

Menos intimista que las anteriores obras de Sorrentino, constituye toda una radiografía de un tiempo y una sociedad de la que Berlusconi es su máximo exponente: la de una clase media del pelotazo, la especulación y la televisión basura.

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Servillo vuelve a clavar un retrato caricaturizado y exagerado que, al final, tiene mucho de verdad. | Foto vía DeAplaneta.

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Silvio, género cinematográfico

El ex primer ministro italiano es todo un género cinematográfico en sí mismo, obsesionando a multitud de creadores que han intentado descubrir el por qué del éxito electoral y empresarial de una persona de su calibre intelectual y personal. A continuación ofrecemos algunas recomendaciones:

Viva Zapatero! (2005) de Sabina Guzzanti

Sabina Guzzanti realiza una parodia de Berlusconi en la televisión pública italiana que cosecha una gran audiencia. Ante la presión de Mediaset el programa es cancelado. La presentadora analiza en este documental los límites de la libertad de expresión y la sátira política.

Il caimano (2006) de Nanni Moretti

Un productor cinematográfico en decadencia intenta rodar un documental sobre Silvio Berlusconi. El propio Moretti interpretará a un primer ministro cuyo discurso final enmienda toda una forma de hacer política.

Videocracy (2009) de Erik Gandini

Documental que analiza la concentración de poder del imperio mediático de Berlusconi y su influencia en la sociedad italiana a lo largo de las últimas décadas.

My way: The rise and fall of Silvio Berlusconi (2016) de Antongiulio Panizzi

Berlusconi concedió una serie de entrevistas a Alan Friedman con el fin de que éste escribiese su biografía autorizada. De ahí surgió este documental, en el que podrán ver como la realidad supera a veces a la ficción. Disponible en Netflix.

Tutti a casa (2017) de Lise Birk Pedersen

El Movimiento Cinco Estrellas, del cómico Beppe Grillo, amenaza con mandar a casa a los políticos profesionales. El documental analiza el surgimiento de este movimiento de reacción frente a la Italia de Berlusconi.

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