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Ciencia

Londres-Sídney en cuatro horas: la aviación que quiere superar al Concorde

El motor de aviones SABRE, aún en desarrollo, espera recortar distancias haciendo parte del vuelo fuera de la atmósfera terrestre

Londres-Sídney en cuatro horas: la aviación que quiere superar al Concorde

Ir en avión desde Londres a Sídney supone, actualmente, pasarse unas 20 horas volando. Pero tanto Reino Unido como Australia están trabajando para recortar distancias y hacer el viaje en solo cuatro horas. Es decir, superar con creces los históricos aviones Concorde. Sí, el transporte del futuro va mucho más allá de Hyperloop.

La Agencia Espacial Británica y la Agencia Espacial Australiana han llegado a un acuerdo para construir no un puente aéreo, sino lo que sería el primer puente espacial del mundo. Porque, sí, parte del trayecto se realizaría fuera de la atmósfera terrestre.

Este avance, que permitiría hacer un vuelo entre Londres y Nueva York en poco más de una hora, requiere traer de vuelta a la aviación comercial el agridulce recuerdo de los vuelos supersónicos, de los que el ser humano se despidió (quizás no definitivamente) en el año 2003, cuando un Concorde de Air France realizó su último vuelo. Tras un accidente en el año 2000 del que era el primer avión comercial que superaba la velocidad del sonido (y, de momento, el único), las compañías Air France y British Airways dejaron de ofrecerlo en sus rutas. Claro que también entraron en juego otros factores, como los crecientes costes de mantenimiento de los aviones, el ruido que provocaban o el impacto medioambiental.

De Londres a Sídney en cuatro horas: así es la aviación que quiere coger el testigo del Concorde
El objetivo es que los motores SABRE permitan realizar parte de los vuelos fuera de la atmósfera terrestre. | Foto: Reaction Engines

La velocidad de crucero de los aviones Concorde era de Mach 2, o lo que es lo mismo, dos veces la velocidad del sonido. Pero el objetivo de las agencias espaciales de Reino Unido y Australia es dejar aquella entonces sorprendente tecnología en la cuneta.

La clave de este salto tecnológico está en el motor de cohete con respiración sinérgica de aire o SABRE (siglas de synergistic air-breathing rocket engine), que actualmente está desarrollando la empresa británica Reaction Engines. Este motor está hecho para utilizar oxígeno en la atmósfera y para prescindir de él en el espacio y funcionar solo con hidrógeno. El SABRE está diseñado para alcanzar velocidades que superen el Mach 5 en la atmósfera terrestre y nada menos que Mach 25 (recordemos, 25 veces la velocidad del sonido) cuando salga al espacio. Es decir, no sería un vuelo supersónico, sino hipersónico.

«El tema principal de SABRE es que es como un híbrido de un motor de cohete y un motor aéreo, así que permite a un cohete respirar aire», ha dicho, citado por la CNN, el director de programas de Reaction Engine en la UK Space Conference, un evento de la industria espacial celebrado en Reino Unido y en el que se ha presentado el proyecto entre las agencias espaciales británica y australiana. «Los cohetes no han progresado mucho en 70 años, mientras que los motores de aviones se han hecho muy eficientes, así que, si puedes combinar un motor de avión y un cohete, puedes tener un sistema de propulsión eficiente muy ligero y básicamente crear un avión espacial», ha añadido.

Londres-Sídney en cuatro horas: la aviación que quiere superar al Concorde
El SABRE permitiría realizar un vuelo entre Londres y Nueva York en poco más de una hora. | Foto: Reaction Engines

Según explica el The Telegraph, este motor no solo permitiría recortar drásticamente las distancias de distintas ciudades de todo el mundo y permitir así conexiones mucho más rápidas entre ciudadanos de todo el mundo, sino que además, lo haría de una forma más significativamente más barata y menos contaminante que los sistemas de aviación actuales.

El equipo detrás del SABRE espera comenzar las pruebas de vuelo a mediados de la década que viene y que los primeros vuelos comerciales despeguen en la década siguiente. Es decir, el objetivo es que los sucesores del Concorde empiecen a operar en los años 2030.

El director ejecutivo de la Agencia Espacial de Reino Unido, Graham Turnock, ha celebrado la implantanción del SABRE en su acuerdo con Australia. «Me gusta mucho la idea concreta de un puente que nos una y, cuando hayamos llevado el SABRE a buen puerto, esa será la manifestación de ese puente espacial, que nos permitirá llegar a Australia en quizás tan poco tiempo como cuatro horas». Y ha añadido: «Una vez que tienes los motores hipersónicos operando, este tipo de viaje es alcanzable. Esta es una tecnología que definitivamente nos puede proporcionar esto. Estamos hablando de los años 2030 para un servicio operativo y el trabajo ya está muy avanzado«.

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